Por: Antenor Maraví Izarra
Mientras el contrapeso del fiel de la balanza, siguió oscilando entre
las exigencias de mano dura contra la violencia convertida en estos tiempos
como bandas cuasi sindicalizadas y
sacralizadas, que arredran inermes y hacen de las suyas como Pedro en casa,
abrazadas a las manifiestas y estériles exigencias de moralización en el Poder
Judicial y los organismos concomitantes que tienen el deber de luchar contra el
cáncer de la corrupción imperante, cada vez más asfixiantes en varios gobiernos
regionales, donde como gorgojos en la coladera, unos tras de otros vienen
siendo denunciados. A su vez la pugna partidaria oficial por presidir la mesa
directiva del Congreso, prácticamente se ha convertido en un símil de la Torre
de Babel, en cuyos linderos, otras tiendas políticas siguieron y aún continúan
atizando los fogones del clásico cubileteo congresal.
Lo real e inesperado, para tirios y troyanos, y para quienes soñaron
desestabilizar el actual régimen democrático. A una semana para conmemorar las
Fiestas Patrias, y a escasos siete años para el bicentenario de la
Independencia Nacional, lo alentador y un merecido orgullo para ICA, es que una
mujer iqueña, que apenas frisa los 46 años, elegida como congresista
representante de la Región iqueña, tras haber desempeñado con eficiencia y
eficacia los cargos de Ministra en las carteras de la Mujer y la de Trabajo y Promoción del Empleo: Ana Ethel del
Rosario Jara Velásquez, desde el día de
ayer, tras su solemne juramentación, en cumplimiento del DS N° 258-214-PCM, es
la flamante presidente del Consejo de Ministros, convirtiéndose como la primera
mujer iqueña que ostenta tan alta investidura, similar a quiénes detentaron en
sus respectivas épocas y oportunidades, los honorables iqueños José Matías
Manzanilla, y el patriarca aprista Dn. Fernando León de Vivero, quien ocupó en
cinco oportunidades el alto cargo de Presidente de la Cámara de Diputados..
Cuando se accede a un cargo por merecimientos propios, sin ningún
resorte de digitación e imposición que no sea la propia capacidad y trayectoria
honesta y transparente; y más aún, cuando se posee el aval de una ejecutoria
jerarquizada en una escala de valores humanos, éticos y morales, conducentes al
respeto y la dignificación del ser humano, no tienen precio. - A propósito, en
mi próxima columna haré referencia ampliada sobre una laudable y altruista
actitud que tuvo la actual presidenta de la PCM, entonces en ejercicio
Notarial, cuando se le solicitó autenticar la ampliación de concesión por
convenio del local en beneficio del Asilo de Ancianos administrada por la
Beneficencia de Ica, negándose gentilmente a cobrar el estipendio. - Ese es el
rostro humano que conozco de la actual presidente de la PCM.
Honor, pues, a quien honores reales y con justeza merece, tanto más si
accede al cargo más alto del Poder Ejecutivo como Presidenta del actual
gabinete ministerial, en la flor y nata de su juventud, y como tal, desde su
merecido pedestal, no dudamos que impulsará positivamente la anhelada solución
de las múltiples demandas del pueblo iqueño, entre ellos la dotación sostenida
y sostenible del agua para Ica, a través de la cristalización de la tantas
veces soñada y exigida irrigación con las aguas de Choclococha y Tambo
Ccaracocha, entre otros. En tanto se plasmen en realidad estos anhelos
inmemoriales con la adecuada contingencia económica y técnica, a los que sabrá
impulsar, elevamos los mejores parabienes y éxitos en su actual y alta
responsabilidad gubernamental.
(*) www.lavozdeica.com