Por: Antenor Maraví Izarra
La muerte de todo ser humano me disminuye, porque también formo parte de
la humanidad: por eso no pregunten por quién doblan las campanas. Están doblando
por cada uno de nosotros, horadando el alma como un rocío colgado en nuestras
pestañas, retratando al amigo, al compañero de tantas tertulias, y acaso con
quien algunas veces hemos encendido las fogatas de ternura amical en tierras
lejanas recordando las aulas y las callecitas empedradas de la querida y muy
noble Huamanga.
Por eso no pregunten por quién doblan las campanas, - como diría Ernest
Hemingway – esos tañidos nos golpean el pecho con el halo de dolor, anunciándonos
la inesperada partida del entrañable amigo de siempre. Ese tintineo suave, pero
que lacera el alma, trocada en una especia de ángelus doliente, sorpresiva e
inesperada nos anuncia el sensible deceso del dilecto amigo y compañero del
alba: JUVENAL BARRIENTOS ECHEGOYEN, quien inesperadamente emprendió el viaje
sin retorno a las 3.40 AM de hoy día, en el Hospital Edgardo Rebagliatti -
Lima, a causa de una lamentable insuficiencia respiratoria y renal, luego de
varios meses de hospitalización en cuidados intensivos.
Juvenal, luego de haber concluido sus estudios de educación secundaria
en el Colegio “Mariscal Cáceres” Alma Máter de Ayacucho el año 1958,
posteriormente, al ingresar a la
Universidad Nacional San Antonio de Abad de Cusco, egresa como Ingeniero Civil
de la Facultad de Ingeniería el año 1964.
Entre otros, en su quehacer profesional desempeñó la Gerencia Técnica de
la Corporación de Desarrollo de Ica (CETAR-ICA), como supervisor de diferentes
proyectos de inversión de desarrollo (1983-1986),Jefe zonal de la Corporación
Departamental de Chincha, Jefe de la Unidad Operativa de SENAPA –Ayacucho, Coordinador
Zonal INFES-Ayacucho, Perito del Consejo Nacional de Justicia, Verificador Responsable
de la Superintendencia Nacional de Registros Públicos – SUNARP, Past Presidente
del Club de Leones de Ayacucho, y Catedrático de la Universidad Nacional San
Cristóbal de Huamanga.
Sin hipérbole alguna, esta partida inesperada de Juvenal, amigo de
siempre, de veras nos duele, pues además de su ejemplar honestidad y sencillez
de hombre probo, amó siempre todas las vertientes milenarias de la cultura
andina y el vasto legado de su tierra, de cuyas reminiscencias doy fe de su
fecundo conocimiento, fue un ingeniero culto, que además de amar admiró las letras y la enjundia musical de
su tierra Huamanga.
Desde estas apresuradas líneas, nuestras sinceras condolencias para su
querida compañera de lucha Edith, para sus hijos: Giovana, Laura, Mónica,
Fernando y Mary Pili.
El velatorio de sus restos mortales es en Húsares de Junín 1269 (Av.Salaverry),
a espaldas del Ministerio de Agricultura. El sepelio se llevará a cabo el día Domingo
12 a las 2.1/2 P.M.