Por: Antenor Maraví I.
Rodeado del pueblo cristiano y los amigos que siempre hemos valorado su admirable labor pastoral al servicio del pueblo iqueño, el pasado domingo 30 de Agosto, en la Parroquia Santa Rosa de Lima del PP.JJ. Señor de Luren, el Padre JOSÉ M.MIRANDA AZPIROZ, conmemoró sus Bodas de Oro sacerdotales, de los cuales 38 años fueron cumplidos con toda entrega en la defensa de la justicia y el bienestar del pueblo iqueño.
Con este singular motivo, como un merecido reconocimiento a su fecunda labor sacerdotal, como una reafirmación de mi aprecio personal, a renglón seguido transcribo literalmente un artículo que escribí en la Revista CODEHICA en el mes Junio de 1998,con ocasión del cincuentenario de la vigencia de los DERECHOS HUMANOS .
“...Hay una categoría, más que social, humana, a la que se accede por vías no académicas, ni protocolares, ajena al peso de los cartones y a los relumbrones y las distinciones que algunos buscan a costa, inclusive de la propia dignidad. Esta categoría especial es la del sacerdocio, la del buen misionero, que a diario se zambulle en las aguas de un mar encrespado de injusticias que caracterizan a la humanidad. Un mundo cargado de abismales contradicciones, de niños y jóvenes que crecen en un espiral violentista, de hombres y mujeres que luchan por sobrevivir, donde las leyes son simples enunciados.
Este es el caso del P. José M. Miranda Azpiroz, quien desde hace 20 años, de los cuales 16 dedicados con coraje cívico y lucidez de la creación y funcionamiento de Codehica, viene irradiando un ejemplar apostolado al servicio de las causas más nobles en esta parte del Perú.
Son innumerables las obras y los avatares vividos por este excepcional sacerdote. Durante estos últimos 16 años, quienes pueden dar el mejor testimonio de su infatigable y noble labor son los miles de familias desplazadas por la violencia política que en Ica encontraron
Un mensaje de amor y solidaridad que sólo los escogidos de Dios, saben transmitir con tanta mística y transparencia. Ahí están los miles de niños desamparados por el infortunio,
El tiempo que da las perspectivas, que enriquece el juicio que se tiene del pasado, hoy nos permite contemplar y valorar con más claridad la labor positiva cumplida por José Manuel, quien guiado por esa humildad que le es característico a los misioneros, desde su condición de Secretario Ejecutivo ambulante, cumplió denodadamente una y mil gestiones para la formación de Codehica, sin un lugar donde sesionar, sin sillas ni máquinas de escribir. Tocó diferentes puertas, recorrió a la dependencias privadas, estatales, gremiales y sociales, con la finalidad de cristalizar su gran obra, que hoy convertida en una sólida institución de apoyo humanitario, abre ininterrumpidamente sus puertas de par en par al servicio del pueblo.
En un país como el nuestro, donde la razón de la fuerza a veces suele imponerse; pero nunca por encima de la fuerza de la razón por mucho tiempo. Donde debido a la ingratitud las grandes obras suelen ser olvidadas, y otras usurpadas por gentes inescrupulosas. En este cincuentenario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, donde todas las razones del bien, izan banderas de júbilo, quienes de alguna manera hemos compartido en estos últimos tiempos el privilegio de trabajar al lado de José M.Miranda Azpiroz, le decimos gracias por habernos guiado a cruzar las auténticas fronteras de la solidaridad en defensa y promoción de la dignidad humana…”
JOSÉ MANUEL UN ABRAZO Y MUCHOS PARABIENES, Y QUE VENGA UN CINCUENTENARIO MAS.