EN DEFENSA DEL ALBA, DE LAS CASAS DEL ALBA Y DE LA AURORA INMINENTE PARA LOS PUEBLOS DE NUESTRA AMÉRICA

“Ya va a llegar el día..”
Vallejo

“Y no podrán matarlo….”
Romualdo

Winston Orrillo

Ha terminado, apenas, una de las funciones de circo que el Gran Guignol, de la Plaza Bolívar, en Lima, suele ofrecer para gusto y regusto del público concerniente, y para regocijo, especialmente, de las letrinas mediáticas en las que es tan pródigo el día-a-día del Perú desventurado del tiempo presente.
Ha concluido la gran función programada para denunciar a las llamadas “Casas del Alba”, que no son sino entidades que tienen como función coadyuvar para que nuestros otrora “humillados y ofendidos” accedan a niveles de vida en los que las condiciones elementales de dignidad –v.gr. el derecho a la salud visual, entre otras- se les conceda gratuitamente, por el simple hecho de tratarse de seres humanos.
Y es que ALBA significa, para dolor y retortijones de los ya nombrados, ALTERNATIVA BOLIVARIANA DE LAS AMÉRICAS, y es una forma cómo el Gobierno –socialismo del siglo XXI- de la República Bolivariana de Venezuela ha vislumbrado la posibilidad de ejercer algo que ningún ser en su sano juicio puede censurar: ayudar a los hermanos de Nuestra América –del Sur del Río Bravo hasta la Patagonia, como dijera el gran José Martí- en su marcha, llamémoslo con una sola expresión, hacia la recuperación de la condición humana.
Obviamente para androides como los miembros firmantes del dictamen ominoso –que irá a engrosar la borgiana Historia Universal de la Infamia- aquello de lo que escribimos n o tiene sentido.
Como tampoco tiene sentido, para ellos, la dignidad, la ética.
¡Y cómo la va a tener si el Presidente de la susodicha Comisión ha sido denunciado por contratar a su barragana, como “asesora” de su Curul; y el otro visible (porque el tercero estaba pintado en la pared), es culpable de toda culpabilidad por recibir miles de dólares del sentenciado Montesinos!
¡Y, entonces, con qué cara hablan, preguntaría mi abuela QPD?
Pues cara no tienen: cuajo, sí.
¡Con tales perlitas, en fin, qué se podía esperar!
Porque el Gobierno, experto en cortinas de humo, dejó en manos de tan siniestros personajes, juzgar una alternativa plena de humanismo y de solidaridad con los más débiles, aquellos que no tienen nada que perder en los días que corren, y que, más bien, en más de una oportunidad, han hecho correr al oficialismo: Moquegua, Tacna, pueblos amazónicos, pobladores contra los asientos mineros que depredan sus tierras, movimiento en contra del actual y entreguista TLC con Chile, movimiento en contra de la “venta” fraudulenta a un consorcio chileno del alma máter de la aviación civil peruana: el aeropuerto de Collique, etc., etc....¡y sigue la bola!
En realidad de lo que se trató, en este caso, fue de juzgar el pensamiento de Bolívar, y en ello sí tienen razón estos cipayos.
Pues fue el gran Libertador el que dijo –y eso les escuece a estos y a aquellos traidores, a los mercenarios genuflexos del Gobierno-:
“Estados Unidos parece destinado por la Providencia a plagar a América de miserias en nombre de la libertad”. Y si quieren otra, allí va: “Moral y luces son nuestras primeras necesidades”. Y finalizamos, por el momento: “Sin la igualdad perecen todas las libertades, todos los derechos…”
¡¿Ustedes se imaginan a aquellos congresistas vermiformes puestos de pie frente al ALBA, ES DECIR, A LA AURORA DE NUESTROS PUEBLOS?!
A la que amaneció en Cuba y Venezuela; y a la que adviene en Nicaragua, en Bolivia, en Ecuador, en Paraguay, en Argentina…
Han gastado 600 días para dar, como escribiera en muy inteligente –todas las suyas lo son- nota el ex diputado Gustavo Espinoza M.; para dar a luz el parto de los montes.
Sus conclusiones son las de una ópera bufa, una astracanada como diría el querido editor (+) Carlos Milla Batres.
Querer probar que la insurrección –necesaria y permanente- de nuestro pueblo contra los desaguisados del presente Régimen y contra el abuso consuetudinaria de aquellos que precisamente son los titiriteros de los suprascritos, resulta no solo estulto, sino digno de un paciente del Hideo Noguchi (hospital psiquiátrico, para nuestros lectores extranjeros).
Estos turiferarios del capital extranjero que usa y abusa de nuestras riquezas, con el celestinaje de las más altas instancias del Gobierno, piensan que no hay nadie que les diga lo que son: simples proxenetas de la dominación extranjera que, en la América que amanece, en la de esa ALBA a la que tanto quisieran escarnecer, tiene las horas contadas.
Y en homenaje al Dìa Internacional de la Mujer, estos congresistas misóginos –han sumado un atributo más a su oligofrenia galopante- deciden endilgar toda la culpa a la querida ex Encarga da de Negocios de la República Bolivariana de Venezuela, Virly Torres, cuya acción fúlgida y ejemplar, coadyuvó a difundir, entre nosotros, la estela, limpia y paradigmática, de lo que sucedía en la tierra que vio nacer al Libertador de América.
Virly Torres ha sido señalada como la gran culpable de la penetración de las Casas del Alba en el Perú de Tùpac Amaru, César Vallejo y José Carlos Mariátegui.
No podemos decir honor inmerecido, porque Virly sí que merecía ese honor que, cual Orden del Pueblo, en el más alto grado, le otorgamos todos los que la conocimos y admiramos edn su denuedo, en su entrega solidaria, en su amor fraternal a la causa bolivariana que nos supo mostrar diáfanamente.
Ella encarnó la lucha de David contra Goliat. David con faldas, precisamente en el llamado Siglo de la Mujer (el XXI) .
Porque a ella le tocó enfrentar a las hordas de histéricos manifestantes azuzados por el poder mediático, cuando la suspensión de RTV, televisora venezolana golpista que había vencido su licencia de funcionamiento.
Gentuza que croaba por una libertad de prensa, supuestamente conculcada en la Patria de Bolívar, mientras en el Perú el Gobierno cerraba (porque le daba la gana en prepotencia que lo caracteriza) algunas docenas de emisoras, le censuraban y cerraban el programa de TV a César Hildebrandt, a quien tampoco lo dejaban presentarse en radioemisora alguna.
El tristemente célebre Informe de la Comisión Investigadora de las Casas del Alba queda, finalmente, como un espejo de lo que puede ser una mèlange de maccarthismo, estulticia y servilismo, éste sí, a una potencia extranjera.
Acá somos claros y sin reticencias.
Este informe responde a a los dictados del Departamento de Estado de los Estados Unidos de América.
Esos Estados Unidos que, con Obama o sin Obama sigue manteniendo un bloqueo infame contra Cuba y prosigue las provocaciones contra la República Bolivariana de Venezuela que, felizmente para ella, tiene como su Presidente a un discìpulo dilecto del Libertador, y no a los mendicantes y deplorables “mandatarios” que buscan enriquecerse y seguir adquiriendo propiedades allende los mares, mientras buscan “alianzas” que los hagan inmunes a la justicia del pueblo, que tarda pero llega.