Editor: Antenor Maraví
Confidencias en Alta Voz: febrero 2010

sábado, 27 de febrero de 2010

ulisesfederico@hotmail.com
Señores: Sin pedirlo he recibido una respuesta con relación al caso Bayly, y me parece que Raul quiere defender lo indefendible, CADA SOCIEDAD TIENE LAS AUTORIDADES QUE SE MERECE, y solo mirando a ojo de buen cubero, todas las autoridades que hoy tenemos en el gobierno se califican como pervertidos asolapados, desde confundidos sexuales, ladrones encubiertos de terno y corbata, hasta pseudo propietarios de cargos públicos y políticos. En este contexto, todos son salvadores del pais, inclusive Jaime que con su condicion humana, se mofa del grotesco paisaje que ofrece la política peruana. Se necesita pisar el fondo del hoyo de la crisis, para construir un verdadero pais. Duele decirlo, porque en las condiciones actuales no han de permitir el voto facultativo, no permitirán crear el Ministerio de la Cultura, porque sería la unica institución para resolver los problemas de exclusión y de marginación social. Salud por la desgracia.
Ulises
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Es verdaderamente lamentable que existan personas capaces de apostar por ese infame símbolo de la soberbia, de la lo mas procaz de los valores elementales, del símbolo perfecto de lo negativo que es ese protozooario denominado : Baily. En realidad mas que un "fenomeno Baily", se trata de un fenómeno canceroso que tiene postrado a la sociedad peruana Bayley y su sonrisa cachacienta conforman un insulto a la inteligencia. Es una engañifa farandulera vergonzante. Es parte de la cortina de humo con la cual cientos de peruanos, de todas las "clases" son incapaces de entender que nuestro país se merece mas que un payaso prepotente, que además se pronuncia sonrientemente en favor del mayor depredador de la historia republicana (Fujimori). Este comentario está al margen de su posición sexual (de la que es su propio dueño) y de lo positivo que significa eliminar las absurdas dpendencias del Estado de la iglesia católica; por ejemplo.
Saludos
Raul
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Pelayo Peralta Izarra
Ciertamente es un fenómeno, porque no tiene una identidad definida como ser humano, mitad hombre mitad mujer (se acuesta con mujeres y con hombres); pero al márgen de ello que méritos tiene este "niño terrible" como le llaman sus fans, que tiene como residencia Miami, de cuyos extramuros viene a Lima solo un par de dias a exhibirse en su programa televisivo, de poca sintonia por cierto. ¿Conoce a profundidad la realidad de las 25 regiones del pais? tiene idea como manejar y resolver los problemas agrarios del pais, de costa sierra y selva, los problemas mineros, los problemas de la industria, de la pesca, del transporte terrestre, aéreo y marítimo;los problemas de las comunicaciones (Telefónica); los problemas de la oferta y demanda del Gas; los problemas de nuestros recursos naturales; los problemas del aparato del Estado (Ejecutivo, Legislativo, Judicial, etc.); los problemas de la corrupcion existente en el pais;los problemas del narcotrafico; los problemas de la Inequidad y Exclusion; los problemas de la Descentralizacion; tiene alguna idea como realizar una Reforma del Estado profundo que resuelva los enormes índices del Desempleo, los problemas de los irrisorios sueldos y salarios del Sector Publico y Privado, sin mencionar los humillantes sueldos de los jubilados; pero fundamentalmente ¿sabe como resolver los problemas de la EDUCACION, SALUD LA ALIMENTACION Y EL DESARROLLO HUMANO del pais entero?; Yo sinceramente no creo que él tenga la capacidad suficiente para resolver estos grandes problemas nacionales; ¿sabe algo de GOBERNABILIDAD?.Qué propone él, entre otras cosas: Legalizar el matrimonio entre homosexuales; Legalizar el consumo masivo de toda droga en el pais; etc.etc. ¿Así piensa gobernar el pais?.Dejemos de una vez por todas de apoyar o emular a caudillos de barro. Eshora de tomar conciencia para escogery elegir a los verdaderos representantes nacionales;quienes sin interés económico de por medio, con una trayectoria de honestidad comprobada en toda su vida, y sumado a ello, estar preparados profesionalmente para asumir los restos que exigen gobernar en beneficio de los 29 millones de peruanos, llámese como gobernantes Locales, Regionales, Congresales y a nivel nacional.Finalmente, dejemos a Jaime Bayle con su cabellera acerquillada, que siga disfrutando de su luna de miel con su actual "bombón de vitrina" que durará hasta que aparezca un macho que le haga perder la cabeza.
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SE ABRE EL TELON: BAYLY EN EL DEBATE

El fenómeno Bayly

Sospechábamos que tal inteligencia y tanta veracidad debían levantar
a Jaime Bayly a una misión superior.
Bayly representa hoy el espíritu redivivo de Don Manuel Gonzáles Prada
y Abraham Valdelomar.
De las fuerzas mayores del Perú ha de haber salido este jovenzuelo
reilón que nos pone a pensar a todos los peruanos y nos despierta
las ganas de construir en serio una nación justa de gentes educadas.
Por fin un peruano lúcido se lanza a poner sobre el tapete los grandes
temas. Sólo uno falta enfatizar: la descentralización.
Una esperanza auténtica
Urgente, Bayly presidente.
Valdelomar murió a los 31 años pero nos dejó su cruzada por la
cultura que ahora enarbola Bayly.
Nosotros los maestros del Perú hemos reconocido en Jaime Bayly al
espíritu libertario que ha de conducir al Perú a la educación y su correlato
inmediato: la justicia.
En 15 años el Perú podría ser un país civilizado, plural, educado, con un
orden legal apropiado y justiciero.
A retazos escribo estas líneas en homenaje a Jaime Bayly: “Te creo, cholo,
estoy contigo. A nombre de Ica te doy las gracias por haberte metido en este lío.
Te necesitábamos y apareciste.
Alberto Benavides Ganoza

lunes, 15 de febrero de 2010

Tres catástrofes


En Ica, joya y vitrina del neoliberalismo agroexportador, no había en el momento del terremoto de agosto de 2007 un hospital digno de ese nombre.

César Lévano(*)

Un general retirado me dijo días atrás: “Hay que tener cautela con la compra de armas. En el Perú, el 40 por ciento del costo se queda en manos de una mafia de altos jefes militares y miembros del poder civil. Sé por qué se lo digo”.Conté este diálogo a un empresario y me comentó: “Eso no es lo más grave. Lo peor es cuando el más alto funcionario del Estado pide comisiones hasta de 40 por ciento por cada inversión grande”.Entonces se me vino a la memoria la frase de Jorge Basadre sobre la causa de nuestros fracasos, así en la guerra como en la paz: “El Estado empírico y el abismo social”.

A la luz de los últimos 25 años, habría que completar la definición, pues lo que ahora tenemos es el Estado empírico y corrupto. Es trágico, porque cuando José Carlos Mariátegui escribe en 7 Ensayos y otros lugares que somos una nación en formación y cuando Basadre se refiere a “la promesa incumplida de la vida peruana” aluden el papel que debiera cumplir y no cumple el Estado. Otro desastre es el desatado por cataclismos naturales. Como hemos escrito más de una vez, allí se ve que la sociedad es más cruel que la naturaleza. En Ica, joya y vitrina del neoliberalismo agroexportador, no había en el momento del terremoto de agosto de 2007 un hospital digno de ese nombre. Recuerdo que hace poco, cuando se daba cuenta de niños muertos de frío en Puno, una amiga nórdica me recordó que en la Europa septentrional hay temperaturas bajo cero, pero ningún pequeño sucumbe por frío; es decir, por desnutrición y falta de abrigo.El cuadro se completa con la palabrería, el autoritarismo y la negación de derechos. La tragedia de Bagua, desatada por una orden criminal que sólo podía venir de lo más alto, refleja esa realidad de fondo. Igual se puede decir respecto a la conducta gubernamental de negación de aumento en el salario mínimo, la oposición a los bonos para militares y policías, o el contubernio insólito entre el presidente Alan García y una mafia de asesinos y asaltantes. Por odio a la Federación de Trabajadores en Construcción Civil y a la CGTP, García ha incorporado al Apra y el sindicalismo delincuentes con licencia para matar. La peculiar alianza se produce justo cuando en todo el país crece la inseguridad. El desastre social es un rubro en el cual el Perú avanza. Violación de los derechos humanos, despidos en masa de sindicalistas, creación de sindicatos paralelos, reemplazo de funcionarios estatales competentes por incapaces con carné aprista, desmedro de la universidad pública y negación de homologación a los profesores universitarios, conversión de textos escolares en vehículo de propaganda para Alan García, impunidad para los corruptos comprobados: todo se ha agravado en el Estado empírico y corrupto que el doctor García ha perfeccionado.

(*)Director del Diario La Primera

domingo, 14 de febrero de 2010

Nelson Mandela, 46664 Pájaros de libertad

Cristina Castello(*)



En el atardecer del 2 de febrero de 1990, pudo respirar de nuevo a corazón abierto, después de haber sufrido 27 años de cárcel, acusado de ser Inocente. Nelson Mandela comenzó por tratar de cambiar su aldea para poder cambiar el mundo (Gandhi dixit). Había empeñado su vida en la lucha contra el apartheid, que segregaba a la población negra de Sudáfrica y la obligaba a vivir de manera infrahumana. Por cierto que para aquel régimen discriminatorio esto fue suficiente para considerarlo un «terrorista».
La respuesta del gobierno sudafricano ―hambriento de injusticia y de la mano de la CIA yanqui― al intento ininterrumpido y heroico de terminar con la exclusión,fue una cifra. Una cifra atroz.
46664.
46664 fue el número de prisionero que selló a Mandela tras las rejas, primero en la mazmorra de Robben Island y luego en la de Pollsmoor.
Pero también fueron 46664 las palomas que surcaron el cielo hace veinte años, el día de la liberación del pájaro de la libertad, el 2 de febrero de 1990.
Mandela había abierto sus ojos a la vida el 18 de julio de 1918 en Umtata, Sudáfrica, hijo del jefe de la tribu de los Tembu, quien lo bautizó Rolihlahla. Después de la educación primaria en una escuela de misioneros británicos, hizo el bachillerato en artes y luego la carrera de abogado. A los 24 años se inició en la política, durante su tiempo estudiantil en Johannesburgo y se incorporó al Congreso Nacional Africano. (ANC). Desde allí, con otros jóvenes, se dio a la tarea de rescatar de la exclusión a millones de trabajadores casi esclavos, a campesinos de zonas rurales y a profesionales.
Portar sangre negra en las venas, era ―y es, aún― un estigma y una condena, para un mundo sin piedad. Pero nuestro hombre soñaba con la emancipación.
Mandela ama la música de Händel y de Tchaikovski y su vida inspiró a no pocos músicos, que convirtieron su itinerario de piel negra y albas interiores, en canción. Él ama la escritura, los libros y el cine: su propia historia fue llevada a la pantalla, en «Invictus», flamante filme de Clint Eastwood, protagonizado por Morgan Freeman y Matt Damon. Ama los atardeceres, amó a sus tres esposas, con la última de las cuales ― Graça Machel― se casó cuando tenía 80 años. «Quiero al ser humano. Es un símbolo, no un santo», dijo ella de su marido.
Sí. Mandela es un ícono de la paz y de la entereza para enfrentar la adversidad, y un emblema de la resistencia ante la menor posibilidad de renunciar a sus principios, aunque eso lo haya sumido en más y más años de prisión.
Pájaros del amor
«En prisión uno está frente a frente con el paso del tiempo. No hay nada más aterrador», había escrito Mandela en su celda, que es hoy un sitio de atracción turística. ¿El morbo no tiene límites, como parece tenerlos la memoria?
Después de los primeros años de prisión, nuestro hombre no era para los jóvenes, más que una referencia, un recuerdo vago, sólo una mención. La conciencia pública no guardaba con interés su nombre ni su lucha: era un candidato para el olvido. Pero estaba Winnie.
Winnie fue su segunda esposa, después de Evelyn ―su amor de juventud― con la cual estuvo casado en el período 1944-1950 y con quien tuvo cuatro hijos. A Winnie, una trabajadora social ―un huracán de pasión― la desposó en 1958 y la pareja tuvo dos bebés.
Inteligente, bella, infatigable, tomó la antorcha, a pesar del odio y las persecuciones de la policía. Fue varias veces arrestada, se convirtió en un símbolo de la resistencia y fue conocida entre la población negra, como Madre de la Nación. Fue tal su fuerza y tan potentes sus convicciones que, con el tiempo, surgió como una figura en sí misma, más allá de Mandela.
Se separaron en 1996. La pasionaria sudafricana se habría rodeado de un grupo violento, en resistencia por la cárcel de su amado, y por las masacres con que el Poder causaba millares de muertos; la cometida en Soweto, es un «ejemplo» del horror que el hombre puede causar al hombre.
El grupo de Winnie fue implicado en acusaciones de asesinato, secuestro y violación; y ella misma, en 1991fue juzgada por el supuesto asesinato de un escolar. No fue condenada. El hombre de los pájaros de libertad la acompañó en todo momento, pero luego ambos anunciaron el fin del matrimonio. Fue entonces Zinzi, una de las hijas el matrimonio, quien escoltó y representó muchas veces a su padre en el extranjero. Él había sido elegido presidente de su país en 1994, cargo que mantuvo hasta 1999.
Pájaro de la paz
«Siempre he atesorado el ideal de una sociedad libre y democrática, en la que las personas puedan vivir juntas en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal para el que he vivido. Es un ideal por el que espero vivir, y si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir».
Con esta declaración de principios, Nelson Mandela cerró su alegato ante la justicia en 1961. Las supuestas «causas» de su detención y acusación de alta traición, había sido su resistencia frente al apartheid. Con aquellas palabras, desafiaba al Tribunal a condenarlo a la pena de muerte. El público lloraba en los palcos; las Naciones Unidas habían impuesto sanciones contra Sudáfrica y la resistencia contra la ignominia era cada vez mayor, pero el líder sostuvo en palabras la actitud de toda una vida, con la serenidad de la verdad, con esos valores que lo mantuvieron erguido, cuando todo zozobraba.
Y siguió ese camino. En 1985, cuando llevaba 25 años de cárcel, resultaba una molestia para el gobierno sudafricano, a causa de la presión internacional. Entonces, le ofreció la liberación, con ciertas condiciones. Entonces, Mandela ―a través de una carta que leyó su hija Zini― esgrimió de nuevo su esencia incorruptible. Rechazó dejar las rejas, hasta que toda la población negra alcanzara sus derechos.
Fue una conducta que le valió cinco años más de prisión. En 1988, en el estadio Wembley de Londres, miles más miles de personas celebraron su setenta cumpleaños, en un concierto que vieron millones de personas en todo el mundo. «Te saludamos Nelson Mandela. Y queremos verte a ti y a los otros prisioneros políticos en libertad», bramó la voz del cantante Harry Belafonte y su voz estremeció al Poder.
El día del vuelo de las 46664 palomas, cuando las calles recuperaron los pasos del hombre de piel azabache para transitar la libertad, él habló de reconciliación. ¿Reconciliación con el opresor? Mandela explicó la necesidad de evitar una masacre: «si no, la única sangre que correría sería la del hombre negro», sentenció.
Es curioso, el líder había dicho siempre que el enemigo era la supremacía blanca y, sin embargo, hasta el blanquísimo ex-presidente Pik W. Botha, uno de los responsables de sus 27 años de cárcel, pensó que su víctima era la única esperanza hacia una salida pacífica.
En 1948, el Partido Nacional había ganado las elecciones, donde sólo los blancos tenían permitido votar, y empezó a instalar el apartheid. Y casi hasta los finales del siglo XX, el Poder en Sudáfrica provino de ese partido y de la Iglesia Reformista Holandesa. En aquel año, entre otros códigos que deberían ser extraños a la naturaleza humana, se establecieron una serie de normas, como la Ley de Clasificación Racial, la Ley de Matrimonios mixtos, que prohibía las uniones entre personas de diferentes razas y la Ley de Áreas, que confinaba a los negros a vivir en zonas delimitadas.
Por cierto, estos horrores no existen ya, en la evidencia cotidiana, sino disfrazados de democracia; y hay otros horrores: siempre hay más. ¿Pudo Mandela cambiar su aldea, su África del Sud? ¿La idea de reconciliación fue una idea o es una realidad? Todo parece indicar que fue sólo un sueño.
Este hombre ejemplar dejó un surco; él es una huella y una antorcha, pero la historia enseña que tratar de negociar con el enemigo en el Poder, aunque sea con la más sana intención, sólo lleva al influencismo. A creer que, dentro de las filas del enemigo, se podrá influenciar, sin pensar que siempre es el enemigo quien decide sobre la vida de las personas. Hoy gobierna Jacob Zuma, negro y en representación de negros y mestizos. Pero, ¿gobierna para los excluidos, por la justicia y la igualdad, tan caros a Mandela?
¿Pájaros libres?
En 2004 Nelson Mandela se retiró de la vida pública. «No me llamen, yo los llamaré», dijo. De cualquier manera, continúa trabajando por la paz, como gran estadista y se dedica muy especialmente a combatir el SIDA, desde hace mucho; su hijo ― Makgatho― murió a causa de esa enfermedad en 2005, a los 54 años, y son más del 20% las personas que la padecen en las tierras sudafricanas.
Hoy, a pesar del sacrificio de 27 años de prisión de Mandiba― así lo llaman, con ese título honorario que daban los ancianos de su tribu― el dolor recorre los senderos de su país. La pobreza aumenta en progresión geométrica, según las cifras oficiales hay un 26% de desempleados, que en realidad es del 40%. La lucha contra el apartheid parecía ganada y, de hecho, el apartheid no existe en lo formal; y los adeptos al gobierno, y en particular el Partido Comunista, afirman que están dispuestos a «matar o morir» por Zuma.
En los hechos, la clase dirigente es la misma del capitalismo del apartheid. Un hombre de raza negra gobierna, sí. Pero sigue tutelando a una minoría. Más del 43% de la población vive con menos de 22 euros por mes; y ya desde 1994 las tierras están distribuidas con cifras que cuentan la verdadera historia: el 3,6 por ciento de ellas es para los negros; y más del 80% para los blancos.
Para mantener el sistema, estas políticas aseguran la perpetuación del capitalismo del apartheid. Dicho sin máscara: garantizan la súper explotación de la población negra y refuerzan los obstáculos para la constitución de una nación unida y soberana.
9855 días de `prisión, 27 años de 46669 pájaros sin libertad. Y ahora, ¿qué?
El carnaval del mundo engaña tanto
(*)Poeta y periodista, bilingüe (español-francés) y vive entre Buenos Aires y París.

lunes, 8 de febrero de 2010

¿Avanzamos o retrocedemos? (Borrador de preguntas sobre ética para cuando nos sobre el tiempo)


Marcelo Colussi

“El poder de un hombre es la debilidad de otro”
Charles Wright Mills

¿Hay progreso en la historia humana? La respuesta depende de qué entendamos por progreso. La tendencia casi inmediata en nuestra cotidianeidad marcada por un sesgo economicista es concebirlo como "mejoramiento", como "superación", de suyo ligado al ámbito material. En general, sin embargo, esta reflexión no nos la planteamos en términos subjetivos: ¿se progresa espiritualmente?, ¿hay progreso cultural? La ética, ¿progresa? ¿Se mejora la calidad de lo humano?
Observada la historia en su faceta material, desde el hombre de las cavernas hasta nuestros días, es más que obvio que se ha registrado progreso, un progreso enorme, monumental. Al menos en lo técnico. La duda se abre en el otro ámbito, en lo más propiamente humano: ¿ha habido progreso en este sentido?
La pregunta puede ser capciosa: ¿en qué sentido estamos "mejor" moralmente hablando: ahora o en la época de los faraones? ¿Se goza más ahora que hace cuatro mil años? ¿Nos respetamos más ahora? ¿Es mejor buscar el respeto entre todos como se pretende en la actualidad, o es mejor el derecho de pernada, un régimen aristocrático o un sistema de castas? Aunque en principio parezca absurdo plantearse estas cosas, su elucidación puede conducirnos a un verdadero progreso, genuino y sostenible para la totalidad de seres humanos, sin discriminaciones.
En principio podríamos estar tentados de decir que, aunque muy lentamente, la humanidad va progresando en términos éticos. Hoy, distintamente a la antigüedad clásica de tantos pueblos, ya no se practican sacrificios humanos; hoy contamos con leyes que protegen, cada vez más, la vida y su calidad. Se legisla el aborto y la eutanasia. Hoy la tendencia es buscar repartir los beneficios del progreso material entre todos, y no reservarlos para la familia real, el sacerdote supremo o el brujo de la tribu. El machismo, aunque aún se practica día a día, comienza a ser puesto en la picota. Y otro tanto sucede con el racismo, aunque como práctica social concreta siga existiendo. Todo lo cual, entonces, nos puede hacer llegar a la conclusión que, sin dudas, hay progreso social.
Arribados a este punto, es necesario puntualizar un par de consideraciones fuertes, que sin dudas no pueden agotarse en este pequeño trabajo, y que llaman a su profundización: por un lado es siempre muy relativo (¿precario quizá?, siempre en condiciones de retroceder) el "avance" que se da en la condición humana, en su esfera ética. Los "progresos" espirituales son de una naturaleza radicalmente diversa a aquellos otros del orden material. Podemos estar absolutamente seguros que no volveremos –siguiendo un presunto camino evolutivo del progreso técnico– a las cavernas y a las hachas neolíticas; pero no podemos estar tan seguros que se ha afianzado de una vez y para siempre la cultura de la no violencia, la tolerancia y la convivencia pacífica entre todos los seres humanos. Una rápida mirada a la coyuntura mundial nos lo recuerda de modo feroz.
¿Cómo explicar, si no, que en la Rusia post soviética, y en ese experimento tan singular que es la China socialista con economía de mercado, los otrora cuadros comunistas se tornen tan rápida y fácilmente despiadados capitalistas explotadores? Toda la fascinante tecnología que hemos desarrollado en milenios y nos llevó, entre otras cosas, a la energía atómica, no impidió que se lanzaran bombas nucleares sobre población civil no combatiente con una crueldad que puede empalidecer ante cualquier "primitiva" civilización del pasado. Esto, sólo por poner algún ejemplo. O para abundar algo en esta línea: la tecnología que permite el espectacular mundo moderno, con vehículos que surcan la faz del planeta a velocidades siempre crecientes, lleva al mismo tiempo a una catástrofe medioambiental de proporciones dantescas, ocasionada en muy buena medida por los motores que impulsan a esos vehículos. Progreso, valga decir, que nos va dejando paulatinamente sin agua dulce para continuar la vida. ¿Puede decirse seriamente que hay "progreso" social si un habitante término medio de un país ¿desarrollado? como Estados Unidos consume un promedio de 100 litros diarios de agua mientras que un habitante del África negra sólo tiene acceso a un litro? ¿Cuál es el "progreso" humano en que asienta ese monumental absurdo? Porque lo peor de todo es que a ese blanco término medio que riega su jardín 3 veces por semana y lava sin cesar sus varios vehículos, no le interesa la sed de un semejante africano; es más: ni siquiera está enterado de ello. La tecnología, definitivamente, no tiene la culpa de esta locura en juego. La lectura serena y objetiva del estado del mundo nos fuerza a reflexionar sobre todo esto: ¿avanzamos o retrocedemos en términos éticos?
El poder sigue siendo el eje que mueve las sociedades; poder que se articula con el afán de lucro, que no es sino la contracara de la idea de propiedad privada, todas ellas absolutas creaciones humanas.
Justamente como la sed de poder no se ha extinguido, el trágico disparate en curso en la actualidad, con los halcones fundamentalistas manejando la hiperpotencia mundial, nos puede llevar de nuevo a las cavernas y al período neolítico (la guerra nuclear generalizada, aunque ya no exista la Unión Soviética, no es una fantasía de ciencia ficción; sigue siendo una posibilidad y podría estar a la vuelta de la esquina). Y en tal caso no sería la "evolución" técnica la que nos devolvería a ese estadio sino –una vez más– nuestra dificultad para progresar en lo moral. Salvando las formas económicas, ¿es muy distinta en términos éticos una empresa petrolera o fabricante de armas de los Estados Unidos actual comparada con un faraón egipcio, por ejemplo? ¿Y qué diferencia en esencia a estas empresas "legales" de un cartel del narcotráfico? "Es delito robar un banco, pero más delito aún es fundarlo", decía sarcásticamente Bertolt Brecht. Las guerras –cíclicas, obstinadamente repetitivas– nos recuerdan de manera dramática estos desgarrones de nuestra mortal y evanescente condición: progresa la técnica, pero lo ético sigue siendo la asignatura pendiente. Hablamos cada vez más de derechos humanos y de respeto a la vida, pero en las guerras se sigue premiando como héroe de la patria a quien más enemigos mate. ¿Cómo entender eso?
Más allá de esta primera consideración –de un talante pesimista seguramente– cabe un segundo comentario, no menos importante que el anterior, y con el cual se relaciona: aunque lento, tortuoso, plagado de dificultades, casi con valor de conclusión podemos decir entonces que efectivamente ha habido progreso social. Repitámoslo: hoy no se quema vivo a nadie por hereje; se pueden quemar libros, pero eso no es lo mismo. Hoy, aunque estamos aún lejísimos de alcanzarla, el tema de la justicia –económica, social, de género, étnica– es ya un patrimonio de la agenda de discusión de toda la humanidad; hoy ya no existe el derecho de pernada, en más de algún lugar no se penaliza la homosexualidad y las leyes –ya universalizadas– fijan prestaciones laborales (aunque el capitalismo salvaje de estos años recién pasados está intentando borrar esos avances sociales).
En esta línea de pensamiento se inscribe una cantidad, bastante grande por cierto, de temas referidos a lo socio-cultural, que son incuestionables avances, mejoras, progresos en lo humano. La lista podría ser extensa, pero a los fines de mencionar algunos de los puntos más relevantes, podríamos decir que ahí entran todos los pasos que conciernen a la dignificación humana. No con la misma intensidad en todos los rincones del planeta, pero en el transcurso de los últimos siglos, con la modernidad que trajo una visión científica de la realidad, los derechos humanos hicieron su entrada triunfal en la historia. Hoy por hoy son ya una conquista irrenunciable. Ya nadie puede matar por capricho a un esclavo, porque hoy ya se ha superado ese "primitivismo" de la esclavitud. Aunque hay que aclarar, no obstante, que la Organización Internacional del Trabajo ha denunciado que pese a nuestro "progreso" en materia laboral persisten cerca de 30 millones de trabajadores esclavizados en este inicio de milenio, en muchos casos produciendo las maravillas tecnológicas que se consumen alegremente en lugares donde la vida es alegre y próspera y nadie piensa en esclavos.
El siglo XX, luego de mostrar hasta dónde es posible llevar el hambre de poder de los humanos con la Segunda Guerra Mundial (tendencia de los varones, valga precisar, que son quienes realmente lo ejercen), dio como resultado el establecimiento de gestos muy importantes para asegurar esa dignidad de la que hablábamos arriba: se constituyó el sistema de Naciones Unidas y se fijó la Declaración Universal de Derechos Humanos. Pero la historia de estos últimos sesenta años mostró que, más allá de una buena intención, esas instancias no resolvieron definitivamente problemas históricos de las sociedades; ahora que vemos naufragar esos tibios intentos luego de las "guerras preventivas" que impulsa Washington (incluido el actual mandatario, curiosamente Premio Nobel de la Paz, quien nos tentaría llevar a decir que ahora "los negros tomaron el poder", pero que, bien pensado, sabemos no es tan así), ahora, entonces, no podemos menos que afirmar que "estamos retrocediendo" en esos recientes avances. Esta, entonces, diría que es la segunda aseveración fuerte: si ha habido progreso en lo cultural, ahora lo estamos perdiendo. O, dicho de otro modo, hay una tensión perpetua en la que se avanza y retrocede en un balance siempre inestable.
Lo que en el curso de los últimos dos siglos fueron avances en la esfera social, desde la caída de la Unión Soviética (primer y más sostenido experimento socialista de la historia), han venido cayendo sistemáticamente. Hasta incluso en el mismo seno de las Naciones Unidas se perdieron conquistas laborales, aunque suene paradójico (en general el personal trabaja ahora por contratos puntuales, sin prestaciones laborales, precarizados). Si allí sucede eso, ya no digamos cuál es el grado de avasallamiento de los derechos de los trabajadores a escala global. Caído el muro de Berlín, el capital se siente dueño absoluto del mundo; en estos pocos años se han perdido conquistas sindicales históricas, se retrocedió en organización político-sindical, se desmovilizaron actitudes contestatarias; en otros términos: creció lo que podríamos llamar "la cultura light", la sobrevivencia no crítica, el "amansamiento" colectivo. Es decir: se criminalizó la protesta como nunca antes. ¡Trabaje y no proteste, consuma y no piense!, pasó a ser la consigna universal.
Lo curioso, o complejo –¿trágico quizá?, ¿patético?– en todo este problemático y enmarañado ámbito del progreso humano es que mientras por un lado nos alejamos de los prejuicios más estereotipados y se comienzan a tolerar, por ejemplo, matrimonios homosexuales o que un afrodescendiente llegue al sillón presidencial en el racista país que hoy hace las veces de potencia principal, al mismo tiempo ese mismo país (no el presidente, claro, sino los que tienen el poder decisorio final: blancos multimillonarios que manejan corporaciones multinacionales) diseña planes geoestratégicos que irrespetan las nociones elementales de derechos humanos modernos, permitiéndose invadir cuando quieren y en nombre de lo que quieren. Sin dudas que todo esto es contradictorio, complejo, difícil de entender. Avanzamos y retrocedemos al mismo tiempo.
Con las estrategias imperiales en curso mantenidas por Washington se han perdido importantes avances en relación al respeto y al entendimiento entre seres humanos, aunque se haya dado el importante paso de permitirse superar un racismo histórico que llevó a linchar negros hasta hace apenas unos años. ¿Avanzamos o retrocedemos entonces? Quizá haya grupos de poder que ya están concibiendo –¿quizá implementando?– estrategias para instalarse en otros planetas, condenando a quienes se queden en esta maltrecha Tierra a sobrevivir como puedan… si es que pueden. Con lo que –una vez más– la edad de las cavernas y las hachas de piedra no se ven tan lejanas, metafórica y literalmente.
En definitiva, decidir en términos académicos, en nombre de alguna pureza semántica, si avanzamos o retrocedemos moralmente, puede ser intrascendente. Si miramos la historia de la especie humana, hay avances; pero eso si hacemos una mirada de muy largo alcance, de siglos, o de milenios. Lo importante es hacer algo para que las relaciones humanas sean menos oprobiosas aquí y ahora. Y en eso, sin dudas, queda muchísimo por hacer.


Fuente:ARGENPRESS

domingo, 7 de febrero de 2010

Políticos, Clase Parasitaria: En Todos Lados Se Cuecen Habas !!


Es evidente que existen personas para quienes la política es una forma de servicio. Pero también es indudable que existen otros para quienes representa una forma de vida y de ganar ciertos privilegios y perrogativas, inalcanzables para el ciudadano de a pie. Los casos vistos en América del Sur ( cuna de paises subdesarrollados y focos de corrupción ), no son ajenos en la vieja Europa.
Del típico sinvergüenza que huyó de su país acusado de corrupción, al tipejo al que sólo le bastan 7 años de trabajo para acceder a una pensión; no hay mucha diferencia. En ambos casos se observa la viveza y acomodo para beneficiarse del erario público y vivir sin preocupaciones.
España no escapa a esta clase de parásitos y produce reflexiones ciudadanas como estas:
"El sistema (Político ), se mantiene en pie por el enjambre de parásitos que conforman su estructura. Es una nueva clase social, la clase política, que nace, crece y se reproduce incrustada, como chupópteros, en las arcas públicas. La única disciplina que se les exige es la de las siglas. Su afán, trabajo y preocupación, ya no es la “res publica”, sino el mantenimiento de su cargo a toda costa, libre de escrúpulos morales......
¿Para eso pagamos impuestos? Sí, para mantener y sostener a este sistema perverso que ofrece la esclavitud al pueblo y el pueblo la adquiere a precio de oro. Para subvencionar su vida y sus lujos, sus viajes, sus dietas y sus casas. Para hacer lo que ellos dicten, sea abortar o pagar la fiesta anual a los degenerados.
Que cercano nos suena esto para quienes provenimos de un país signado por la corrupción y la sinverguenzeria como forma de hacer política. Una triste realidad que cuesta cambiar. !
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La clase política opta a la pensión máxima por su actividad parlamentaria

Siete años de trabajo bastan a un diputado para tener pensión, el resto necesita quince Los ex ministros son indemnizados por las dificultades en volver a su vida profesional
Las familias españolas hacen números por las paredes y tienen un nuevo motivo de inquietud: el Gobierno acaba de poner las pensiones en la carpeta de asuntos que necesitan ser revisados. Los sindicatos están que trinan con la propuesta de retrasar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años para hacer frente a los problemas financieros futuros de la Seguridad Social, y le han visto las orejas al lobo con otra propuesta del Gobierno, la de elevar de 15 a 25 los años de cotización para el cálculo de las pensiones. Los trabajadores están intranquilos por el futuro de sus rentas, pero no todos comparten el mismo nivel de preocupación. La clase política, por diversas razones asociadas al desempeño de sus cargos públicos, tiene unas condiciones de retiro distintas, mucho más ventajosas.
Al alcanzar la edad legal de jubilación, ahora fijada en los 65 años, los diputados del Congreso y los senadores cobrarán pensión. El único requisito es que hayan tenido esta condición de parlamentarios de las Cortes Generales al menos siete años, aunque a partir de ahí no hayan vuelto a cotizar ni un día más. Con siete años de mandato, cobrarán el 80% de la pensión, según establece el reglamento de pensiones parlamentarias (de 14 de julio del 2006), que detalla que por un mandato de nueve a once años cobrarán el 90% y a partir de once, la totalidad de la pensión máxima. El resto de los ciudadanos tiene que cotizar un mínimo de 15 años para tener derecho a pensión contributiva, y en ese caso le corresponde cobrar un 50% de la base reguladora; sólo si cotiza durante 35 años tiene derecho al cien por cien. En lo que respecta a la cuantía de la pensión, si no se ha tenido escaño en las Cortes dependerá del sueldo ganado en los últimos 15 años de cotización. La pensión media de jubilación se situó en enero en 874,97 euros al mes. La pensión máxima del sistema alcanza 2.466 euros al mes.
La justificación de estas prerrogativas de los ex diputados la da el propio reglamento: "Situar a los parlamentarios españoles en un nivel equiparable a la media de los países de nuestro entorno". Para conseguir este objetivo, en los supuestos en que los parlamentarios no alcancen el límite máximo de percepción de pensiones públicas, las cámaras abonan la diferencia.Antes de llegar a la edad de jubilación, el citado reglamento prevé también una indemnización para los diputados y senadores que cesen en su actividad parlamentaria. "La dedicación a la actividad parlamentaria obliga, en muchas ocasiones, a quien forma parte de las cámaras a dejar la que ha sido su ocupación habitual, de modo que, cuando se produce el cese, la vuelta a dicha ocupación suele acarrear diversas dificultades", argumenta el texto. La compensación prevista para los que acaben su mandato y no repitan es una paga mensual, que variará en función de los años de ejercicio, y que cobrarán durante un máximo de dos años.
Diputados y senadores deben ejercer con dedicación exclusiva, salvo excepciones en el ámbito universitario, científico y artístico, y la ley electoral, el texto de referencia en este caso, es exhaustiva en cuanto a las actividades privadas incompatibles con el cargo. Sin embargo, cuando se deja el escaño ya no hay incompatibilidades.
Los ministros tienen también dedicación exclusiva. La ley de Incompatibilidades –ley 5/2006, reguladora de conflictos de intereses de los miembros del Gobierno– detalla las actividades privadas que son incompatibles con el cargo, y señala que en los dos años siguientes a la salida del Gobierno no pueden trabajar para empresas o sociedades relacionadas con las competencias de su cargo, además de establecer sanciones para las empresas y los ex altos cargos si incurren en incompatibilidades. Por las dificultades en reintegrarse a su vida profesional ordinaria, los ex ministros tienen también derecho a una pensión indemnizatoria, que recoge la ley 74/1980.
Es frecuente que los ministros que son diputados conserven el escaño mientras desempeñan su cargo, sobre todo si han sido candidatos en su circunscripción. En otras cámaras, como el Parlament de Catalunya, en las últimas legislaturas ha sido habitual que los consellers renuncien a su acta de diputados y dejen paso al siguiente de la lista electoral. Los ex consellers también cobran una indemnización.

Fuentes:

lunes, 1 de febrero de 2010

Unidad contra el Aprismo y Fujimorismo


El viernes último, un grupo de representantes de organizaciones sociales, preocupados por el contexto político regional que se vive, se reunieron y constituyeron la Coordinadora por la Unidad Democrática de Ayacucho, que lo integran David Chavarría Barbarán –representante de la Federación de Productores Agropecuarios del VRAE, Iber Maravi Olarte –Presidente del Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho, Rebeca Vidalón Peña, Blandina Contreras Yance de la Confederación Campesina del Perú y Sabina Cusi Chamba –Alcaldesa de Opongo, acompaña dicha coordinadora la Congresista Juana Huancahuari Paúcar.

Contra el aprismo y fujimorismo
Una de los primeros llamados que hacen a todas las fuerzas progresistas y al movimiento social que se encuentran dispersos, la unidad contra el aprismo y fujimorismos, y que se imponga la posición democrática y no burocrática al momento de designar candidaturas a nivel regional. Las fuerzas progresistas y el movimiento social están dispersosEntre una de las reflexiones que realizan se menciona que “la carrera electoral ha comenzado en Ayacucho, donde nos llevan la delantera los partidos políticos tradicionales y los Movimientos Regionales populistas. Mientras las fuerzas democráticas, progresistas y el movimiento social están aún dispersos exiguamente representadas, muestra de ello es que se han adquirido 27 kit electorales. Aùn más preocupante es que hasta el momento no existe un precandidato con un perfil político y social capaz de enfrentar a las fuerzas políticas que implementa el neoliberalismo”, precisan.

Quieren imponer candidatos

Asimismo, indican que “mientras los partidos políticos y algunos Movimientos Regionales de la opción democrática, progresista e izquierdistas, están preocupados sólo en consolidar la correlación entre los cuadros políticos, poniendo de manifiestos su único propósito de imponer candidatos naturales, a cualquier costo; sin priorizar las acciones integradoras y cumplir los propósitos descentralistas en cada una de las once provincias, aún en nuestra Región no existe la voluntad política real de incorporar como aliados estratégicos a los movimientos sociales”.

Unidad para el Desarrollo de Ayacucho

Por ello, justifican su accionar considerando que los tradicionalmente excluidos entre movimientos sociales, gremiales y campesinos se han auto convocado el día 29 de enero, con el propósito de hacer un esfuerzo unitario para proponer el cambio bajo el principio de unidad entre las fuerzas democráticas, movimientos regionales y movimientos sociales; que buscan el desarrollo integral de Ayacucho, garantizando la protección de los recursos naturales, para contener la “catástrofe medioambiental” del cambio climático global, que ocasionan millonarias pérdidas en las diversas regiones del mundo y principalmente en nuestro país.

Dejar de lado intereses personales y grupales

Por tanto, hacenun llamado a los partidos políticos y a movimientos regionales democráticos a forjar la unidad política y social, incorporando a los movimientos sociales, dejando de lado los intereses personales y grupales, con la finalidad de fortalecer verdadera unidad.

Serán los responsables

Los impulsores de la Coordinadora han indicado que de no lograr la unidad de las fuerzas progresistas, se les responsabilizara por los resultados que obtengan en los próximos comicios electorales y serán los únicos responsables del retraso de una región que clama con urgencia desarrollo integral. De acuerdo a lo vertido por Iber Maraví, se tiene que la Coordinadora no es ninguna agrupación política, sino es la unión de voluntades que pretende llamar la atención de todos con el fin de promover la verdadera unidad entre todos los actores progresistas y sociales.

Fuente:Diario la Calle- Ayacucho