Eduardo González Viaña
Durante los días previos a las últimas elecciones presidenciales en Estados Unidos, Jeff Dummy, un obrero que estaba instalando los servicios de riego subterráneo de mi jardín, me dijo que iba a votar en contra del entonces candidato Barack Obama. Me dio a conocer sus motivos:
-Ha dicho que va a reformar el sistema de salud. Eso quiere decir que los hospitales, las medicinas y los profesionales van a estar al servicio de todos.
Me pareció extraña la razón que aducía. Aparte de que cincuenta millones de norteamericanos no tienen servicios de salud, el propio Jeff se queja siempre del alto precio de los medicamentos. En vista de que no posee un seguro médico, se ve obligado a pagar 300 dólares por su dosis mensual de Lipitor. Si no compra ese fármaco, su colesterol podría llegar a niveles incontrolables. Su vida correría peligro.
-No entiendo lo que me dice. Usted debería votar por Obama para gozar del seguro de salud y evitar un riesgo de muerte.
-Es que se trata de una medida socialista-argumentó Jeff.-Los servicios universales de salud son socialistas. Obama es un socialista disimulado.
-Sinceramente, no lo creo, pero ¿que le importa usted eso?
-¡Cómo! ¿No se da cuenta?… Además de darnos un sistema gratuito de salud, los socialistas van a internar en campos de concentración a todas las personas mayores de cincuenta años.
Al buen Jeff Dummy le habían contado ese cuento por internet y por televisión durante meses. Al parecer, la propaganda del miedo había dado resultados. Felizmente, Obama resultó electo presidente por encima de todas las paranoias.
La propaganda del miedo es la misma en todas partes. No tiene mucha originalidad. En el Perú de nuestros días, se están usando cuentos y artimañas que ya se utilizaron en México y El Salvador, por ejemplo.
En esta semana, he recibido unas cincuenta veces el supuesto reportaje que una periodista alemana hace al candidato de Gana Perú. Según la misma, Ollanta cree en el cinturón de castidad y en Hitler, y pretende meter a todos los peruanos en un cuartel del ejército.
Aunque el texto era de por sí delirante, los correos me fueron enviados por personas ansiosas de creer en ellos y que no vacilaban en declarar: “Después de haber tenido la posibilidad de tener un presidente blanco y de ojos azules, no queremos que otro cholo nos venga a gobernar.Eso es espeluznante.”
Pacientemente, he rastreado el Internet… y nada encuentro. No existe el periódico aludido ni mucho menos la periodista. Más bien, a través de su cuenta de Facebook, la verdadera Ulrike Baader está indignada con quienes usan su nombre.
En otro email, una querida amiga mía me ruega que no vote por Ollanta. “No puedes votar por ese hombre que les va a quitar la jubilación a personas que tienen más de 40 años de trabajo. Te lo ruego.”
En este caso, los propagandistas son aún más perversos. Se dirigen a personas de la tercera edad con una historia que se vuelve contra ellos. Como todos sabemos, más bien el gobierno de Fujimori cortó por la mitad el monto de las pensiones de jubilación y eliminó la mayoría de los beneficios sociales con el objeto de caerles simpático a las empresas extranjeras.
En México y en El Salvador, la extrema derecha armó la ficción de que esos países iban a formar una sola nación con Cuba y a Venezuela si triunfaban las candidaturas populares.
En El Salvador advirtieron que el posible triunfo de la izquierda significaría el cierre de todas las iglesias. La incoherencia y lo canallesco de esta versión-supuestamente defensora del cristianismo-es que era lanzada por el partido derechista ARENA, el mismo que financió el asesinato del santo defensor de los pobres, el obispo Romero contra quien dispararon los sicarios en el momento en que alzaba la hostia.
Esta es la propaganda del miedo. La arman y sustentan las voraces corporaciones extranjeras, las únicas perjudicadas por el ascenso de un gobierno popular que les exigirá pagar mejores precios por nuestros productos naturales. Es alarmante el poder de manipulación y de control de la opinión que tienen en un país que de veras es libre y quiere votar libremente.
Han ensayado todos los trucos contra el candidato popular, pero todo indica que Ollanta Humala va a ganar la presidencia. La propaganda del miedo tiene un límite. El miedo no se lleva bien con la inteligencia ni con el amor. Siempre llega el día en que triunfa la condición humana.
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