Por: Antenor Maraví Izarra(*)
Víctima
de una enfermedad dolorosa e implacable que hasta los últimos instantes
de su vida, supo sobrellevar con el estoicismo y el coraje que siempre
le caracterizó, el 13 de Noviembre último partió hacia la eternidad Eddy
García Loayza, reconocido hombre de leyes y un apasionado y tenaz
militante del aprismo iqueño, y fundamentalmente un cabal profesional,
que sin dudas ni reticencias supo aceptar con altura el reto de su
designación multipartidaria como Director de Trabajo del
entonces Gobierno Regional Los Libertadores Wari, que abarcó la
jurisdicción territorial macro regional, los departamentos: Ica,
Ayacucho, Huancavelica y las provincias Chincheros y Andahuaylas de
Apurímac, desempeñándose con eficiencia y eficacia ante la demanda del
sector laboral y empresarial, teniendo como sede institucional la ciudad
de Huamanga-Ayacucho.
En
aquellos años, asumir un cargo público, era como recibir las papas
quemantes recién salidas del horno, pues amén de lidiar con las demandas
del pueblo acostumbrado a hacer prevalecer sus justas exigencias,
significaba al mismo tiempo, compartir el silbido de las balas todas las
noches por las calles de Huamanga con olor a muerte, realmente aquellos
años, desempeñar un cargo público, era jugarse la vida.
En esos años, quiénes fueron honrados con el ejercicio de estas responsabilidades
gubernativas, además de demostrar coraje y entrega en el accionar,
implícitamente aceptaron, entre otros, defender la vida y la esperanza
como una trinchera blanca. Cada quien con escasa custodia y resguardo
policial, fue un verdadero héroe civil que luchó contra el pasmo y la pesadilla imperante en aquellos años de dura violencia.
Esta
importante parte del proceso regional, que fue exigida, vivida y
compartida por el pueblo, fue pisoteada la noche del 5 de Abril de 1992,
con el golpe del fujimorismo, iniciándose una dictadura, que entre
otros abolió el proceso de regionalización y el avasallamiento total del
estado de derecho y la democracia, entre ellos el retroceso del proceso
de regionalización y el afianzamiento del centralismo.
En este contexto,
no debemos olvidar que por culpa del centralismo, siempre hemos
alimentado los sustentos de drásticos desencuentros entre la realidad y
la normatividad, entre el Perú profundo y el capitalino palaciego. El
Estado sigue aún actuando a espaldas y sin escuchar la voz del pueblo.
En esta realidad el centralismo ha sido y sigue siendo uno de los
principales frenos al desarrollo de los pueblos del interior del país.
Hoy
ante la ausencia física de Eddy García Loayza, como testigo de
excepción y por haber compartido aquellos tiempos, el desempeño de
similar cargo en la Dirección Regional de Educación, frente al silencio
ingrato, de quienes han olvidado este importante pasaje de su vida, por
encima de las tribulaciones política partidarias, hago propicia la
ocasión para recordar las inolvidables vivencias compartidas en Ayacucho
al son de las guitarras y las melodías envolventes de las hermosas
letras de los huaynos, siempre cargados de tristeza, y
abrazados a la bailarina polka a la Huacachina y el emblemático vals
iqueño con ofrendas incesantes al Señor de Luren, que tantas veces nos
hizo llorar, con nuestras loas incesantes por una Patria diferente.
Aristóteles
decía:”Que la amistad es un alma que habita en dos cuerpos, un corazón
que habita en dos almas”. Este concepto demuestra que para que haya
amistad en dos personas tiene que haber una comunicación de
sentimientos. Es decir, pese a las características psicológicas de cada
uno, se dan afinidad, acercamiento, simpatías mutuas que constituyen una
ligazón de sinceridad, espontánea y fraterna que da lugar a la amistad
sincera. Hasta siempre apreciado amigo.
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