Por: Antenor Maraví Izarra
Como alguna vez diría, el poeta Sebastián Salazar Bondy, sin duda, seguimos formando parte de una raza sentimental cargada de frustraciones y de interminables desencuentros, somos parte de una patria fatigada por sus penas, una tierra cuyas flores se marchitan al amanecer. Nuestro país es amargo y dulce, un corazón clavado a martillazos, un sepulcro en medio de la primavera, un anciano que yace moribundo ante un alud de placeres y esguinces mediáticas de una prensa servil que esconde males mayores y festina escarnios y nimiedades, de relámpagos destructores, donde el destino mayor y las exigencias del pueblo es constantemente flagelada por la impunidad y la indefensión contra la corrupción.
No
importan los años transcurridos, la vieja y terrible sentencia de
Manuel Gonzáles Prada, no cesa de perseguirnos como una acusación. Donde se pone el dedo brota pus.
Tantas veces la hemos repetido, como si al hacerla nuestra y
convertirnos, también, en acusadores, pidiésemos menguar la
responsabilidad que nos corresponde.
Una
podre inmemorial y cotidiana nos cubre y nos infecta, y sigue gritando a
los cuatro vientos: Moralización. No hay peligro más grave para la
democracia y la gobernabilidad transparente de un pueblo, que la
impunidad, que devora el capital político, social y moral, y abre las
puertas para la presencia devastadora de esa delincuencia de cuello y
corbata. Es hora de exigir cuentas a quienes tienen la responsabilidad
de prevenir, investigar y sancionar esta peste social.
Tras
la fallida designación de la parlamentaria iqueña, Ana Jara Velásquez
como Presidenta de la Comisión Investigadora de los Fondos destinados
para la Reconstrucción de las provincias afectadas por el terremoto del
2007, empero, prefirió aceptar y honrar el fajín ministerial en la
Cartera de la Mujer y Desarrollo Social. La reciente designación por el
Parlamento Nacional del Congresista Eduardo Cabrera Ganoza, como
Presidente reemplazante de la referida comisión, nos alienta avizorar
que obrará de manera legal y a la vez drástica en los casos que
ameriten, para cuyo efecto, entre otros sustentos, tendrá y deberá
contar como instrumentos de referencia y verificación, el Informe
evacuado por la Comisión que presidió el ex congresista José Vega
Antonio en el gobierno del ex Presidente García., en los que se
señalan una serie de hallazgos y precisiones tipificados, de mal manejo
de los recursos con aseveraciones de peculados y omisiones de función,
en la construcción de infraestructuras en Educación, Salud, Vivienda,
etc. sesgados con una serie de vericuetos legales.
Por
ejemplo es vergonzante y a la vez censurable la paralización e inopia,
con que se ha actuado frente a la inoperancia de los nuevos hospitales
de Ica: Regional y Santa María del Socorro, que hasta la fecha siguen
como elefantes blancos, pese a haber sido inaugurado uno de ellos, con
bombos y platillos.
De
veras, hay mucho por hacer Ing. Cabrera, y el pueblo confía en que no
defraudará por ser Ud. procedente de una familia de estirpe fundadora de
esta Ica, que tanto queremos, pero algunos la siguen maltratando. La
paciencia del pueblo no da para más, por encima de las banderías
política partidarias, el pueblo exige cambio, moralización y sanción ejemplar a los corruptos.
(*) www.lavozdeica.com
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