IN MEMORIAM DE ALEJANDRA IZARRA
En el Día de la Madre
(Hace tres años y dos meses, partió a la eternidad,
sus restos mortales descansan en el Cementerio
General de Huamanga – Ayacucho)
Din don, din don
batid palmas,
las voces perleras
de Santo Domingo
han empezado
a acompasar
los presurosos pasos
de mi madre
que envuelta en su rebozo
de semana santa
y su chaqueta de Castilla
avanzan por las callecitas
cargadas de rocíos
donde siguen trinando
las guitarras de Munay Pata
y Hatun Calle.
Vuela, vuela presurosa
charanguera aurorina
allá vienen las ondas
chillonas
de Santa Clara monacal,
ahí se acercan
con su alfombra de estrellas
y las oraciones del alba
a bendecir
los radiantes pasos de Alejandra,
mi madre infinita.
Din don, din don
abran corazones y oídos
son las campanas de Huamanga
que han empezado a desfilar
con sus aromas de amor
por la vía láctea de la eternidad.
Antenor Maraví Izarra
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