Por: Antenor Maraví Izarra(*)
A
un año, para conmemorar cuatro siglos y medio de vigencia histórica,
cargadas unas veces, de avatares difíciles y dolorosas, y otras tantas,
de ensueños y aportes insondables en el quehacer nacional. El próximo 17
de Junio, la ciudad de Ica, cumplirá 449 años de fundación española, y
nada más oportuno y necesario para remarcar sus viejas exigencias y los
retos que implican arribar a ésta efemérides fundacional.
En
esa mirada retrospectiva, como diría el poeta chino Li Pon: “Los
pueblos, cuanto más antiguos son, son una posada donde todas las cosas
se alojan brevemente, el tiempo es la eterna acumulación de huéspedes”.
En esa sumatoria ineluctable, sin duda, hay mucho por hurgar, aclarar y
reafirmar en la rica heredad histórica de Ica; y nadie más autorizado
para ello, que los reconocidos historiadores de esta tierra, entre
ellos: Alberto Casa Vilca Curaca, Alberto Rossel Castro y Alejandro
Pezzia Assereto , entre otros, quienes en su momento aportaron con luces
sus valiosas investigaciones.
Hay mucho por investigar y corregir en nuestra historia local y el accionar equivocado y cotidiano del pueblo y sus instituciones tutelares, sobre los usos y manidas costumbres provenientes de la época colonial, ataviadas por la terca actitud de algunas autoridades que
usaron y aún siguen proclamando las actividades cívicas con seudos
escudos fundacionales, pese a que estos hechos fueron advertidos y
corregidos el año 1935 por el historiador Casa Vilca Curaca, y puesta en
práctica por el entonces burgomaestre de Ica, José
Picasso Peratta, realidad que fue remarcada, con citas e infografías por
el periodista Ronny Galindo Aparcana, en la conferencia magistral que
dictó el día 11 del presente mes, en el salón consistorial de la
Municipalidad provincial, ante la presencia del actual Alcalde
Provincial, sus regidores y numerosos invitados, amantes e incansables
promotores del quehacer cultural de Ica, convirtiéndose en una señal
positiva en el reconocimiento valorativo de nuestra historia y memoria
cultural, tan venidos a menos en estos últimos lustros.
En
materia de prevención y salvaguarda de los bienes culturales de esta
tierra, existe una soterrada incuria y lenidad de quienes tienen la
responsabilidad de custodiarla. Las casas donde nacieron dos de los
hijos más ilustres y preclaros de esta tierra, Abraham Valdelomar y José
Matías Manzanilla, hoy ya no existen, fueron absorbidas por las fauces de la incultura imperante.
Como
una respuesta preventiva y aleccionadora a nuestras futuras
autoridades, para que nunca más vuelvan a ocurrir en Ica, hechos de esta
índole, que sin duda nos avergüenzan y pintan de dolor,
por no haber sabido defender estos bienes patrimoniales. Traemos a
colación las declaraciones del escritor Danilo Sánchez Lihón, efectuadas
en la casa donde nació el poeta más grande del Perú: César Vallejo, en
Santiago de Chuco.
“…Los
pueblos son nuestro patrimonio y constituyen nuestra identidad más
preciada. Deben ser por eso inalienables. Defender su fisonomía propia,
original y genuina, es defender su esencia, su entraña y su alma, sin lo
cual no somos nada.
No
se puede por tanto derrumbar en ellos un muro, una ventana ni una teja,
sino más bien salvarlas. No se puede en ellos cambiar el nombre de sus
calles, sino ahondar más en su significado.
Ni
siquiera una piedra puede ser menoscabada, menos desgajada de cuajo un
balcón o una ventana. ¡Todos estos son presencia venerables, hieráticas y
sagradas¡”.
Preparémonos,
pues, desde ahora para conmemorar los 450 años jubilares de la
Fundación Española de ICA a cumplirse el próximo año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario