Porque mi patria es hermosa
como una espada en el aire
y más grande ahora y
aun más hermosa todavía,
yo hablo y la defiendo con mi vida.
No me importa lo que digan
los traidores, hemos cerrado el pasado
con gruesas lágrimas de acero.
El cielo es nuestro,
nuestro el pan de cada día,
hemos sembrado y cosechado
el trigo y la tierra
son nuestros,
y para siempre nos pertenecen
el mar, las montañas y los pájaros.
Javier Heraud
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