Editor: Antenor Maraví
Confidencias en Alta Voz: diciembre 2009

sábado, 26 de diciembre de 2009

Evitemos más muertes

Vigilia en Ayacucho exige presencia para evitar otras tragedias como la del miércoles 16


Paco Moreno
Huamanga sigue entristecida. En sus angostas calles las luces navideñas brillan por su ausencia. El sol por las mañanas evapora la alegría y por las tardes las lluvias encienden la tristeza. El tema del día y la noche no son las fiestas de fin de año sino las muertes del miércoles 16 de diciembre de 10 ayacuchanos, en el cruce de los jirones San Martín y 28 de Julio, como consecuencia de un alud.El jirón 28 de Julio es uno de los más transitados de la ciudad y empieza desde la Plaza de Armas y San Martín es un angosto jirón que a consecuencia de las lluvias se convierte en un río, baja desde el cerro La Picota. “Sí. En este cruce murieron nuestros hermanos y nosotros nunca podremos olvidarlos. Seguiremos exigiendo que los responsables paguen sus culpas. Hay responsables y no le echemos la culpa de todo a la naturaleza. El hombre puede evitar, con medidas de prevención, que la furia de la naturaleza nos haga daño”, dice Ana Paredes, hermana menor del ingeniero Martín Paredes Mancilla, uno de los 10 muertos de aquel trágico miércoles.Decenas de transeúntes se han detenido para ver qué pasa aquí. Es una vigilia en honor a las víctimas. Los familiares de los fallecidos quieren recordarlos. Ya lo hicieron en la iglesia; pero esta noche quieren que esta ciudad no olvide sus muertos porque, como van las cosas, puede haber más muertos. Un niño mira las velas encendidas y se persigna; una señora gorda reza el Padre Nuestro en voz alta; en las paredes de esta esquina, los familiares han pegado papeles en blanco donde un estudiante escribe apurado: “La falta de prevención de parte de las autoridades es la responsable de esta tragedia”.

La vigilia crece y todos hablan sobre lo mismo. “Arriba en el cerro La Picota las autoridades han permitido la invasión a centenares de familias. Estas familias han deforestado el cerro y eso permitió que se produzca un alud que ahora todos lamentamos”, dice Delia Ramos, una ama de casa que participa en la vigilia. “Esta actividad servirá para que todos tomemos conciencia de que si no se hace nada, muy pronto sufriremos otras muertes lamentables”, dice.Empieza a llover. Poco a poco, el jirón San Martín toma forma de río. “Siempre ha sido así. Este jirón se llena de agua cuando hay lluvia y muy rápido. El alcalde de Huamanga (Germán Martinelli) y el presidente regional de Ayacucho (Ernesto Molina) lo saben y sabiéndolo no hacen nada para mejorar las cosas. Una ciudad no puede tener un jirón que cuando llueve se convierta en río. Aquel miércoles llovió muy fuerte, tan fuerte que se desprendió una parte del cerro La Picota y esto causó la muerte de nuestros hermanos que recordamos hoy”, dice en voz alta, ante decenas de personas, Efraín Miranda, tío de la joven abogada Geraldine Flores Miranda, otra de las fallecidas por el alud.
Cesa la lluvia. Camino cuesta arriba por el jirón San Martín. Es inimaginable la fuerza con la que el agua puede arrastrar lodo, piedras, troncos por este empinado jirón. “Joven, cualquier día puede ocurrir otra tragedia. Ahora, esta lluvia poquita, trae poquita agua; pero cuando la lluvia se hace fuerte, esta calle es intransitable, muy peligrosa”, me grita una señora desde su ventana.Vuelvo a la vigilia. Ana Paredes, hermana de una de las víctimas, explica a unos turistas que preguntan cómo ocurrió la tragedia. “El alud fue tan fuerte que se tumbó varios taxis, se llevó varios mototaxis. Fue tan fuerte que hizo que varias combis chocaran en esta esquina. Fue horrible. Murieron diez; pero no ha acabado. Si no se hace nada, puede ocurrir otra tragedia”, señala.En las paredes, desde los carteles, frases acusadoras y anónimas indican algunos supuestos responsables: “Omar Quezada, jefe de Cofopri, es también el culpable por haber permitido la invasión del cerro La Picota; señor alcalde, no deje que pase otra tragedia; usted pudo evitar estas muertes”.La vigilia sigue creciendo. “Seguiremos exigiendo que haya prevención para evitar que haya más muertos. No es posible que no se haya aprendido de la tragedia y no se hagan las obras pertinentes para que, por ejemplo, el jirón San Martín deje de ser un río cada vez que llueve. Queremos vivir en una ciudad segura”, dice Efraín Miranda.
Fuente:La Primera

jueves, 24 de diciembre de 2009

Niño Jesús de Acobamba

Es hora de llegar a la tierra añorada, estamos ya en Izcuchaca, Mejorada, el pitar del Tren Macho que lo vemos pasar a unos metros nos traslada a tiempos de nostalgia. Es nuestra Huancavelica que nos llena de orgullo. Es tiempo de fe, de aceptar que el Hijo Jesús acobambino tiene el futuro en sus manos, dejando huella de constancia y trabajo, sin permitir que el tiempo transcurra en el vacío, sino afirmando lo nuestro sin voltear la mirada. Es tiempo de decirnos CUTICAMUY ( regresa), la Navidad de Acobamba nos espera. Es tiempo de encontrarnos en el barrio de Santos con Samuel Dávila de la Torre y su esposa Margarita Cajahuanca . Y para ganarle al tiempo, ir al encuentro de Pueblo Viejo y a medio camino encontrarnos con Lidio Tupayupanqui y su esposa Elizabeth Chillquillo , los Mayordomos y la familia Altez y la mamá Meche y Áurea Altez, Hugo Ocejo prendiendo castillos de fuegos de artificio en la plaza, entregando las orquestas típicas, bailando La Negrería del Niño, invitando los cuchicancas (lechones al horno). Es la fiesta del Niño, la más esperada en toda la provincia huancavelicana con el recuerdo del gran escritor Manuel Scorza, acobambino de familia y adopción, y otro gran huancavelicano nacido en la cercana Conayca, Manuel Ascencio Segura, Padre del Teatro Nacional. Sí señores, como que es huancavelicano también Daniel Hernández, fundador y primer director de la hoy alicaída Escuela Nacional de Bellas Artes. Es la fiesta del Niño en Acobamba, es el santo y seña huancavelicano para no postergar la cita.

Fuente:Diario La Primera

domingo, 20 de diciembre de 2009

Ya viene la Navidad…

Antenor Maraví Izarra

Para la gran mayoría de los hogares peruanos, infelices habitantes de este mundo globalizado, el advenimiento de las Fiesta Navideñas, familiar y cristiana por excelencia, sigue siendo una amarga confrontación entre la realidad y los sueños de cientos de miles de hogares que siguen estrellándose ante la dramática verdad de la mesa vacía, sumidos en la interminable prueba de sobrevivientes entre la pobreza y la extrema pobreza.
Sin embargo, paradójicamente son ellos los que siempre han estado más cercanos al auténtico espíritu navideño. Jesús nació en un modesto pesebre, y fueron humildes pastores que pasaban la noche cuidando sus rebaños, los primeros en reconocerlo y adorarlo, esta carencia de techo y abrigo, son los rasgos que siempre caracterizaron a la humanidad y que actualmente describen la imagen de una mayoría de peruanos en situación de pobreza.
Una deformación persistente intenta habituarnos a pensar en la Navidad como una fiesta de consumo, a medir nuestra capacidad de felicidad en función de una serie de costumbres importadas de sociedades opulentas, cargada de champang, pavos y panteones. No es este desde luego, el significado profundo de la Navidad. Durante siglos, esta fiesta fue una ocasión de reencuentro familiar en torno a una mesa sencilla y frugal, conmemorando la venida del Mesías, salvador de la tierra.
Para nosotros, como para muchos la Navidad siempre estará ligada a la sonrisa del niño, a la felicidad del niño pobre que a diario tenga la posibilidad de alimentarse y contar con un techo. Por ello, nos subleva los actos injustos y abismalmente diferenciados de aguinaldos navideños que desvergonzadamente reciben los congresistas, los ministros y los funcionarios de abolengo del partido gobernante, en tanto que la generalidad de los maestros maltratados y esa mayoría de trabajadores estatales, activos y cesantes, ese grueso sector de trabajadores contratados, reciben sumas paupérrimas y en el peor de los casos, no reciben absolutamente nada, y ni que decir de los millones de peruanos en situación de desocupados de las zonas alto andinas y la selva, que en su gran mayoría viven abrazados a la extrema pobreza.
De allí nuestro descontento y protesta ante el triunfalismo desmedido y torpe de quiénes hoy gobiernan al país. Hay una pobreza extrema que los ojos del presidente García no quieren ver en las periferia y las zona urbano marginales del país, tal el dramático caso de las modestas familias posesionas a falta de vivienda en las riberas de viejos zanjones que de cuando en cuando, irrumpieron con su carga de de piedras y lodo, haciéndonos recordar que tras el rostro triunfalista del neoliberalismo que hoy impera en el país, hay gente olvidada y abandonada que viven abrazados a la nada, como es el caso de numerosas familias afectadas dramáticamente por el reciente aluvión producido al pie del cerro La Picota en Ayacucho.

En las que, igual que en el resto del país, la vida confronta incesantes avatares de sobrevivencia, agudizada con el drama de la falta de trabajo, de vivienda, derecho a la salud y la educación y adecuada alimentación, donde la morbi mortandad de niños y ancianos son rituales interminables de su condición de excluidos
Por lo mismo, en este esfuerzo de enlazar nuestros buenos propósitos, expresamos en el advenimiento de esta Navidad, nuestros sinceros parabienes de solidaridad a los pueblos olvidados del país, en especial al heroico pueblo ayacuchano.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Apocalipsis ahora


Frei Betto


El fin del mundo siempre me pareció algo muy lejano. Incluso un contrasentido. ¿Habría de destruir Dios su creación? Hoy estoy convencido de que Dios no necesita pensar en otro diluvio. El mismo ser humano comenzó a provocarlo, a través de la degradación de la naturaleza.

Los bienes de la Tierra se han vuelto posesión privada de empresas y oligopolios. La causa de que 4 mil millones de seres humanos vivan por debajo de la línea de la pobreza, y de que 1.2 mil millones padezcan hambre, es una sola: toda esa gente ha visto impedido su acceso a la tierra, al agua, a las semillas, a las nuevas técnicas de cultivo y a los sistemas de comercialización de los productos.

La decisión de los Estados Unidos y China de ignorar la Conferencia de Copenhague sobre Cambio Climático vuelve más agónico el grito de la Tierra. Ambos países son los principales emisores de CO2 a la atmósfera. Son los grandes acusados del calentamiento global. Al decidir boicotear Copenhague y no firmar el compromiso de reducir sus emisiones, ellos abrevian la agonía del planeta.

Por suerte, el 25 de noviembre el presidente Obama, bajo fuerte presión, cambió de actitud y se desdijo de lo que habló en Beijing. Los EE.UU., responsable del 23 % de las emisiones mundiales de CO2, prometerá en Copenhague reducir, hasta el año 2020, el 17 % de las emisiones de gases de efecto invernadero; el 30 % hasta el 2025; y el 42 % hasta el 2030.

¿Por qué retrocedió? Además de la presión de los ecologistas, Obama se dio cuenta de que quedaría mal en la foto si ignorase Copenhague y apareciese en Oslo el 10 de diciembre -cuando se conmemora el 61º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos- para recibir el premio Nobel de la Paz. Por lo cual estará la víspera en la capital de Dinamarca.

Es curioso: todos los premios Nobel son entregados en Estocolmo, excepto el de la Paz. Por una sencilla y cínica razón: la fortuna de la Fundación Nobel, asentada en Suecia, es el resultado de la herencia del inventor de la dinamita, Alfred Nobel (1833-1896), utilizada como explosivo en las guerras. Como no tuvo hijos, Nobel destinó los ingresos obtenidos por su patente a quien se destaque en determinadas áreas del saber.

Hay una lógica detrás de la postura ecocida de los EE.UU. y de China. Son dos países capitalistas. El primero sigue el capitalismo de mercado; el segundo el capitalismo de Estado. Ambos coinciden en el objetivo fundamental: la lucratividad, no la sustentabilidad.

El capitalismo, en cuanto sistema, no tiene solución para la crisis ecológica. Sabe que las medidas efectivas redundarán inevitablemente en la reducción de las ganancias, del crecimiento del PIB, de la acumulación de riquezas.

Si viviera hoy, Marx tendría que admitir que la crisis del capitalismo ya no procede de las contradicciones de las fuerzas productivas, sino del proyecto tecnocientífico que beneficia casi exclusivamente a apenas un 20 % de la población mundial. Ese proyecto se apoya en una visión de calidad de vida que coincide con la opulencia y el lujo. Su lógica se resume en: “consumo luego existo”. Como decía Gandhi: “La Tierra satisface las necesidades de todos, menos la voracidad de los consumistas”.

Ejemplo de ello es la reciente crisis financiera. Ante la amenaza de quiebra de los bancos, ¿cómo reaccionaron los gobiernos de las naciones ricas? ¿Les facilitaron recursos a las familias morosas, para posibilitarles mantener sus viviendas? Nada de eso. Canalizaron verdaderas fortunas -un total de US$ 18 mil billones- hacia los bancos responsables de la crisis. Tal era la desesperación del sector, que Eduardo Galeano llegó a pensar en lanzar la campaña “Adopte un banquero”.

El planeta en que vivimos ya alcanzó sus límites físicos. Y no hay cómo buscar recursos fuera de él. El objetivo es preservar lo que todavía no ha sido totalmente destruido por el afán de ganancia humano, como las fuentes de agua potable, y tratar de recuperar lo que sea posible mediante la descontaminación de ríos y mares y la replantación de áreas deforestadas.

Ecología viene del griego ‘oikos’, que significa casa, y ‘logos’, conocimiento. Por tanto es la ciencia que estudia las condiciones de la naturaleza y las relaciones entre todo lo que existe, pues todo lo que existe coexiste, preexiste y subsiste. La ecología trata, pues, de las conexiones entre los organismos vivos, como plantas y animales (incluyendo hombres y mujeres), y su medio ambiente.

Esa visión de interdependencia entre todos los seres de la naturaleza ha sido perdida por el capitalismo. A lo cual también ayudó una interpretación equivocada de la Biblia: la idea de que Dios creó todo y finalmente lo entregó a los seres humanos para que ‘dominasen’ la Tierra. Ese dominio quedó como sinónimo de expoliación, estupro, explotación. Los ríos fueron polucionados, los mares contaminados, el aire que respiramos envenenado.

Ahora corremos contra el reloj del tiempo. El Apocalipsis despunta en el horizonte y sólo hay una manera de evitarlo: pasar del paradigma de lucratividad al de sustentabilidad. (Traducción de J.L.Burguet)


(*)Autor de la novela “Un hombre llamado Jesús”, que lanzará la editorial Rocco en la Navidad 2009.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Histórico y contundente triunfo electoral de Evo


Más del 63 por ciento de los bolivianos apoya el proceso de cambio


"El triunfo en Bolivia no sólo es para los bolivianos. Este triunfo de los bolivianos es, fundamentalmente, un justo reconocimiento, es una dedicación, a presidentes, a gobiernos, a pueblos antiimperialistas", dijo el Presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales Ayma, al obtener un contundente e histórico 63 por ciento de apoyo en las elecciones generales realizadas el 6 de diciembre.

El indiscutible respaldo de los bolivianos y bolivianas, a la candidatura de Morales Ayma representan los dos tercios en la futura Asamblea Legislativa Plurinacional con aproximadamente 85-86 diputados de 130 y de 25-26 senadores de un total de 36.

De acuerdo a todos los datos, Morales Ayma candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) obtuvo el 63 por ciento de apoyo, Manfred Reyes Villa del Plan Progreso para Bolivia (PPB) llegó al 27.5 por ciento, Samuel Doria Medina de Unidad Nacional (UN) el 7 por ciento, René Joaquino de Alianza Social (AS) sólo el 3 por ciento y el resto de los candidatos menos del uno por ciento.

Hace cuatro años, el MAS ganó las elecciones generales con el respaldo del 53.7 por ciento de apoyo popular.

El presidente reelecto, en su mensaje a la nación, convocó a la oposición derrotada “a trabajar juntos por Bolivia".

"Hago una convocatoria a autoridades que no quieren trabajar con Evo, a alcaldes, a cívicos, a empresarios, a intelectuales que dudan, a servir a Bolivia…Que vengan a trabajar por el pueblo boliviano, porque somos de la cultura del diálogo", remarcó.

El MAS ganó de manera categórica en los departamentos de La Paz (78.%), Oruro (77.3%), Potosí (74.9%), Cochabamba (67.6%), Tarija (48.6%) y Chuquisaca (53.1%) y el PPB triunfó en Beni (53.7%), Pando (47.5%) y Santa Cruz (53.2%).

En las ciudades de los cuatro países del exterior: Argentina, Brasil, Estados Unidos y España donde los bolivianos sufragaron por primera vez también venció el MAS.

El candidato de la oposición, Manfred Reyes Villa, visiblemente afectado por la derrota electoral, sin referirse al llamado de trabajar de manera conjunta con el gobierno, reconoció que fueron derrotados por no tener la capacidad de haber conformado un proyecto político.

"Por no haber comprendido que deberían anteponerse primero los intereses nacionales antes que los intereses particulares personales. Hemos visto que en cinco departamentos, con esa fragmentación, se benefició al partido de gobierno", dijo.

Proceso de cambio

El jefe del MAS anunció que una vez obtenido el objetivo de tener el control absoluto del Poder Legislativo, está obligado a acelerar el proceso de transformaciones que impulsa el gobierno desde hace cuatro años.

“Tenemos la enorme responsabilidad de profundizar, de acelerar este proceso de cambio. Que obtengamos más de dos tercios en las cámaras de Diputados y Senadores me obliga a acelerar este proceso de cambio”, aseveró.

En los primeros 180 días de la futura Asamblea Legislativa Plurinacional, de acuerdo a la nueva Constitución Política del Estado (CPE), se deben aprobar por dos tercios, cinco leyes fundamentales: del Órgano Electoral Plurinacional, del Régimen Electoral, del Órgano Judicial, del Tribunal Constitucional Plurinacional y la Ley Marco de Autonomías y Descentralización.

Morales Ayma, al manifestar que se tiene el camino abierto para aprobar las leyes con la mayoría oficialista, dijo que lo importante en el proceso de cambio es aplicar la nueva CPE. "Que obtengamos más de dos tercios nos obliga, me obliga, a acelerar el proceso de cambio", insistió.

El primer artículo de la nueva CPE reza que “Bolivia se constituye en un Estado Unitario, Social de Derecho, Plurinacional, Comunitario, Libre, Independiente, Soberano, Democrático, Intercultural, Descentralizado y con Autonomías”.

La primera gestión de gobierno que se inició el 22 de enero de 2006 tiene su pilar fundamental en la revolución democrática y cultural.

"Hoy Bolivia nuevamente demuestra una vocación democrática, una revolución democrática, cultural, al servicio del pueblo. Nuevamente el pueblo boliviano hace historia, gracias a esa conciencia del pueblo. Lo que hoy ha visto el pueblo boliviano es cómo avanzar como un proyecto, con un programa del pueblo, al servicio del pueblo boliviano", afirmó.

Récord de participación

De acuerdo a los primeros resultados obtenidos en las elecciones generales, se puede afirmar que en Bolivia se superaron todas las expectativas de participación. El 93.9 por ciento de las personas registradas en el nuevo Padrón Biométrico participó en las elecciones, cifra que se constituye en histórica porque es la más elevada en la era democrática del país.

El ausentismo electoral fue sólo del 6.1 por ciento, lo que representa un avance significativo y un empoderamiento del sistema democrático por parte del pueblo boliviano. El ausentismo en el área urbana llegó a 6.5 por ciento, mientras que en el área rural alcanzó el 5.5 por ciento.

Por primera vez en Bolivia, se realizaron las elecciones con un Padrón Biométrico y con un universo mayor a los 5.1 millones de habitantes.

Absoluta normalidad

Los observadores internacionales de la Organización de Estados Americanos (OEA), Unión Europea (UE), Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y otros destacaron el comportamiento y alto espíritu democrático de los bolivianos y bolivianas.

El jefe de la misión de la OEA, el colombiano Horacio Serpa, relevó “el alto índice de legitimidad democrática” de las elecciones generales del país. Los 124 representantes de la OEA destacaron la masiva y pacífica presencia del pueblo boliviano en los recintos electorales a lo largo y ancho del territorio nacional.

La jefa de misión de la UE, la eurodiputada rumana Renate Weber, destacó la tranquilidad con que se desarrollaron los comicios electorales, así como el nuevo sistema de votación y la participación de los bolivianos en el exterior.

Mientras que Florisvaldo Fier, jefe de la delegación del MERCOSUR, dijo que los 14 miembros que conformaron la misión de observadores en territorio boliviano destacaron la participación ciudadana.

“El nuevo sistema biométrico, conducido por la Corte Nacional Electoral, mostró ser un avance y una garantía de transparencia, algunas fallas de organización son menores, no incidieron en el normal desarrollo del acto eleccionario”, aseveró el observador internacional.

En las elecciones generales, los bolivianos y bolivianas, del campo y la ciudad, demostraron una vez más que apuestan y defienden el sistema democrático y, en esta coyuntura, apoyan y respaldan la profundización del proceso de cambio…

(*)Periodista y escritor boliviano

sábado, 5 de diciembre de 2009

José María Arguedas, 40 años después


Alfredo Herrera Flores (*)

Es difícil imaginar qué pasó por la mente y el corazón de José María Arguedas aquellos días de finales de noviembre de 1969, para que en la soledad de su estudio en la Universidad de La Molina decidiera, por fin, agarrar firmemente su arma, apuntarse a la cabeza y tirar del gatillo, y más difícil de imaginar aún es el sentimiento de agonía que soportó hasta que su cuerpo cedió a la muerte, cuatro días después de la fatal determinación, el 2 de diciembre.
Cuarenta años después, la pregunta que los sectores sociales, políticos y literarios que siguieron de cerca la vida atormentada y a la vez esperanzadora de Arguedas se hicieron en ese momento sigue vigente, no porque no haya respuesta sino porque esa respuesta, adelantada por el propio intelectual andahuaylino en sus obras, entrevistas y ensayos cuestiona aún a quienes intentamos encontrar el camino para eliminar muchas de las barreras sociales que afectan a nuestra sociedad, manteniéndola en la exclusión, la ignorancia y la injusticia.
Los especialistas han dado en llamar a la novela póstuma “El zorro de arriba y el zorro de abajo” (Losada, Buenos Aires, 1971) como su testamento político, y así se entiende hasta hoy, pues en ella Arguedas narra sus conflictos íntimos que lo llevarían al suicidio, sus impresiones sobre la vida social, cultural y política del país, su experiencia con otros escritores latinoamericanos, su visión de la cultura andina y sus frustraciones respecto al amor y su obra creativa. Sin embargo, esta novela es nada más que el epígono de una vida dedicada a expresarse con la voz y la emoción de un hombre de su raza.
Probablemente sea “Todas las sangres” (Losada, Buenos Aires, 1964) la novela en la que José María Arguedas intentó reunir toda su mirada respecto al mundo que le tocó vivir, ese mundo en el que superviven enfrentados y a la vez de espaldas uno del otro, la cultura andina y la occidental (traída de España a la fuerza), ambas ya tergiversadas, adulteradas y hasta corrompidas por el curso de la historia y el paso del tiempo, un mundo del cual él mismo fue víctima a lo largo de su vida.
“Todas las sangres” intenta ser una novela total. Ya su título anuncia esa aglutinación real e inevitable que se manifiesta en la sociedad peruana y que fácil y lógicamente es aplicable a toda América. Aunque algunos críticos la señalen como una novela irregular, sus páginas conforman, a través de varias historias de enfrentamientos culturales, un cuadro de la realidad del país salido de los paisajes inhóspitos de la sierra peruana y recreado, repetido, renovado en la gran urbe.
La mayoría coincide en que es la novela “Los ríos profundos” (1958) la que mayor calidad literaria alcanza y lo coloca como el mayor narrador peruano, a pesar de que otros, sin desmerecer, hayan obtenido más fama y fortuna. Arguedas muestra en esta su segunda novela su propia experiencia como miembro de dos culturas enfrentadas. El niño Ernesto se ve como parte de la cultura dominante al ser hijo de un señor y al mismo tiempo como parte de la cultura dominada al criarse entre los indios, y como tal es testigo de una revuelta protagonizada por mujeres indígenas ante las injusticias del sistema, representado por el gobierno. Esta metáfora sería el hilo conductor de toda la obra literaria y antropológica de Arguedas y el centro de su visión del mundo.
Antes Arguedas había publicado “Yawar fiesta” (1941), novela en la que más bien muestra la cultura andina a través de una de sus tradiciones más arraigadas y que a su vez representa el enfrentamiento entre lo andino y lo español a través de la lucha entre el cóndor y el toro, pero al mismo tiempo mostraba las luchas internas y domésticas de un pueblo alejado del centralismo capitalino, que sufría los mismos males de la ciudad como la corrupción y el ejercicio despreciable y villano de la política.
En 1961 José María Arguedas publica la novela “El Sexto”, una historia de carácter autobiográfico que sale del tema habitual de lo andino y se interna en el submundo lúgubre e inhumano que es la cárcel, en este caso la que da nombre a la novela y en la que el propio Arguedas es internado por razones políticas. Pronto esta novela se convierte en un símbolo de la injusticia en el país pero luego pasa a un segundo plano mientras que Arguedas asume una mayor presencia en el ámbito cultural nacional e internacional, ocupa importantes cargos públicos y académicos a la vez que sus ideas son adoptadas por diferentes grupos políticos, inclusive.
Arguedas escribió también cuentos, poemas y ensayos antropológicos, de entre los cuales destacan el poema “Oda al jet” y el conjunto de poesías “Katatay”, los cuentos “Agua”, “Warma kuyay”, “La agonía de Rasu Ñiti” y “El sueño del pongo”, en los que redunda en el tema de la cultura andina. Entre su obra ensayística destaca el volumen “Notas sobre la cultura latinoamericana” (1966) y “Las comunidades de España y del Perú” (1968). Igual de importante es su labor investigadora sobre el folklore, recopilando canciones e interpretándolas en círculo de investigadores y especialistas, participando en eventos como el de la Fiesta de la Virgen de la Candelaria en Puno, donde precisamente bautizó al departamento como Capital del Folklore del Perú y que luego se institucionalizara a través de leyes y normas exclusivas para proteger y difundir la expresión musical y dancística del altiplano.
La trascendencia de la obra y el pensamiento de Arguedas se hace cada vez más amplia. En vida recibió varios premios y homenajes y hasta hoy de organizan cada año, y en las universidades más importantes de América Latina, Estados Unidos y Europa, reuniones académicas para analizar e interpretar su obra, aunque pocas veces se han aplicado, por ejemplo, para mejorar la calidad educativa en nuestro país. Los últimos años, la Casa de las Américas de Cuba, una de las instituciones más antiguas de fomento a la literatura y arte en general, ha instituido el premio honorífico anual José María Arguedas, a un autor y obras que haya destacado y aportado a la cultura latinoamericano en el campo de la narrativa.
José María Arguedas nació en Andahuaylas, en 1911. Al morir su madre siendo él niño y su padre se casara por segunda vez, quedó al cuidado de su madrastra, de quien recibió un trato de sirviente, junto a los indios de Puquio, adonde se trasladó la nueva familia. Al cumplir once años él y su hermano escapan de casa y se refugian en una hacienda, desde donde luego se trasladan a Abancay, Ica, Huancayo y finalmente Lima. Allí ingresa a la Universidad de San Marcos para estudiar Literatura, es apresado por participar en manifestaciones estudiantiles y al graduarse ejerce la docencia en Sicuani, Cusco. Posteriormente vuelve a Lima, donde es activo representante de los maestros y es llamado por el Ministerio de Educación para colaborar en planes educativos. Ejerce varios cargos, especialmente de investigador y catedrático en diferentes universidades, hasta su suicidio, el 28 de noviembre de 1969 y su muerte, acaecida el 2 de diciembre de ese año.

(*)ARGENPRESS CULTURAL

miércoles, 2 de diciembre de 2009

El tupamaro presidente


¿Quién dijo que el pasado no tiene porvenir?

Carlos Rivera Lugo (CLARIDAD, especial para ARGENPRESS)
Un tupamaro es…un maestro, un estudiante, un oficinista, un obrero, un campesino, un ama de casa, un soldado, un policía…Me parece que algo así decía una canción que conocí allá para aquellas décadas de los hornos, esos años de los sesentas y setentas del pasado siglo, que aún persisten porfiadamente en mi memoria.
Hago referencia al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), esa mítica guerrilla urbana que asumió la crítica de las armas con singular efectividad en el Uruguay de aquellos años, esa otrora “Suiza de América” dominada por unas elites políticas y sociales cada vez más insensibles ante las necesidades y derechos de las mayorías trabajadoras de la ciudad y del campo. Hoy habría que añadir que un tupamaro es…también presidente: José “El Pepe” Mújica, votado por una decidida pluralidad mayoritaria de votos de ese pueblo uruguayo por cuya liberación se levantó en armas, padeció cárcel y torturas para, luego de excarcelado, alzarse nuevamente, aunque esta vez con las armas de la política. Contrario a lo que comúnmente se pueda pensar, “El Pepe” no tomó el poder sino que lo fue construyendo paciente y abnegadamente desde su propia biografía y la de sus compañeros.
Dice ese insigne poeta y escritor uruguayo Mario Benedetti que a pesar de las “clases de amnesia” con las que se ha pretendido que olvidemos aquello por lo que se ha vivido, luchado y sufrido intensamente en el pasado reciente, el presente sigue lleno de memoria. En momentos como éste: “me convenzo de que mi región/no es la farándula de otros” y que “el olvido está tan lleno de memoria/que a veces no caben las remembranzas/y hay que tirar rencores por la borda/en el fondo el olvido es un gran simulacro/nadie sabe ni puede/aunque quiera/ olvidar”. Y concluye el poeta recién fenecido: “el día o la noche en que el olvido estalle/salte en pedazos o crepite/los acuerdos atroces y los de maravilla/quebrarán los barrotes de fuego/arrastrarán por fin la verdad por el mundo/y esa verdad será que no hay olvido”.
Los Tupamaros fueron uno de esos objetos que los faranduleros de lo “políticamente razonable” pretendieron que echásemos al olvido. Sin embargo, cómo se olvida lo que está tan cargado de memoria histórica, lo que se encarnó en tantos y tantas, a través de todos los rincones de la vida y del país, y que luego, renació de sus cenizas, transfigurado de mil y una maneras, para burlar las circunstancias hasta que se reapoderó de ellas.
La peregrinación hacia el poder de esta organización político-militar, luego de su fundación en 1963, es tema para otra odisea homérica. Se dice que el nombre de “tupamaros” tiene dos posibles orígenes: la rebelión indígena liderada por José Gabriel Condorcanqui, mejor conocido como Tupac Amaru II, que acaeció en 1780 en el Virreinato del Perú, en la época colonial española; y el mote despectivo con el que las autoridades policiales españolas, en el periodo colonial, se referían a los patriotas del movimiento independentista de 1811 en el Río de la Plata.
Políticamente, los Tupamaros se propusieron romper con los lazos de dependencia neocolonial que tenía embargada la soberanía del pueblo uruguayo. En ese sentido, se planteaban la liberación nacional como primer objetivo, el cual debía ser abordado a partir de la construcción de un dispositivo de poder político-militar del pueblo, acompañado de la acumulación más amplia de fuerzas antiimperialistas. Desde una singular humildad, estaban conscientes de que la libertad nacional no sería el resultado de la lucha de una sola fuerza política sino que de una pluralidad de fuerzas. Ahora bien, los Tupamaros también se comprometieron desde sus inicios con la construcción de una sociedad socialista, la cual entendían como una en la que el ser humano es el centro de todo y no el capital. La forma concreta que ésta asumiría en el contexto uruguayo lo dictarían las propias circunstancias histórico-sociales y culturales del país.
Luego de poner en jaque con sus operaciones al sistema político uruguayo, éste reacciona con la más virulenta y sangrienta represión, apoyada por el gobierno de Washington. Se decreta el Estado de Sitio y luego el Estado de Guerra Interno; el régimen vigente pasó de la dictadura disfrazada a la dictadura abierta. Se torturan, desaparecen o asesinan a los detenidos. Si bien nunca consigue capturar a la totalidad de los dirigentes y militantes del Movimiento, ya para 1972 le desarticula su capacidad operativa. A renglón seguido, en 1973, se instaura una dictadura militar que dejará en suspenso toda actividad política y sindical. La restauración democrática tardará trece años.
En 1985, un decreto de amnistía aprobado por el Congreso nuevamente en funciones pone en libertad a los líderes tupamaros presos, incluyendo a Mujica. Éstos hacen una apuesta por continuar su lucha desde la legalidad restituida, para potenciar y ampliar su contenido democrático. Poco después de su decisión de incorporarse al Frente Amplio (FA) en 1989, integran una alianza con otras agrupaciones que llevará el nombre de Movimiento de Participación Popular, el cual se convierte a partir del 2005 en el sector más votado al interior del FA como expresión de una exitosa estrategia de acumulación progresiva. En los comicios generales de este año, la lista de tupamaros candidatos al Congreso fue la que más votos cosechó.
Preguntado en una ocasión sobre la relación entre esta modalidad renovada del MLN-Tupamaros y la antigua versión, Mújica resaltó que la clave del éxito de los Tupamaros, como movimiento, ha sido precisamente la flexibilidad: “Algunos identifican esta actitud con un renunciamiento, pero para nosotros la flexibilidad, la apertura, siempre fueron un presupuesto”. Insiste en que la ruta seguida “es la única forma de crecer”, criticando de paso a aquellos que en la izquierda equivocadamente se dedican a “pescar en la pecera de la izquierda, pues así no se crece, no se avanza.” “De convencer a los que no están convencidos se trata y no de mirarse el ombligo”, sentencia.
“El Pepe” Mujica fue el primer dirigente histórico de los Tupamaros en ser electo en el 1995 a la Cámara de Diputados. Ya en los siguientes comicios, es electo al Senado. Luego en los comicios del 2005, con la victoria histórica del candidato presidencial del Frente Amplio, Tabaré Vázquez, “El Pepe” es reelegido al Senado y luego designado Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca del nuevo gobierno izquierdista. En el 2008 regresó a su banca senatorial para lanzar su candidatura a la presidencia por el Frente Amplio.
Mujica, de 74 años de edad, se considera “chacarero” de profesión, es decir, granjero y vive en las afueras de Montevideo en su granja, junto a su esposa y compañera de hace ya cuatro décadas, también tupamara, Lucía Topolansky. Ésta fue la candidata más votada al Congreso en estos comicios y por ello, además de ser la primera dama, le corresponderá presidir el Senado, el tercer cargo público de mayor importancia en el gobierno. En tal calidad tendrá a su cargo la juramentación de su compañero como nuevo presidente de la nación.
Y eso no es todo, según se informa, Mujica habrá de designar a dos líderes históricos de los Tupamaros para ocupar las carteras de Interior, bajo la cual está la policía, y de Defensa, a cargo de las Fuerzas Armadas. La historia uruguaya ha dado así una vuelta de tuerca como pocas veces vista.