Editor: Antenor Maraví
Confidencias en Alta Voz: En defensa de nuestra identidad y heredad patrimonial

miércoles, 2 de noviembre de 2011

En defensa de nuestra identidad y heredad patrimonial

Por: Antenor Maraví Izarra(*)
 


En los dados eternos, César Vallejo, además de desatar las amarras que lo aprisionaron durante tres meses y 21 días de injusta carcelería en la penitenciaría de Trujillo, el año 1920. Premonitoriamente elevó sus plegarias poéticas por todos y cada uno de nosotros: …Dios mío, estoy llorando al ser que vivo;/ me pesa haber tomádote tu pan;/ pero este pobre barro pensativo/ no es costra fermentada en tu costado:/ tú no tienes Marías que se van/. Hoy que en mis ojos brujos hay candela,/ como en un condenado,/ Dios mío, prenderé todas las velas,/ por tantos muertos, por tantas casas en escombros/ y por tantos que no cesan de enjugar sus lágrimas.

En ese arco iris doliente, que tan dramáticamente describiría nuestro inolvidable poeta, hace 99 años. Desde el 15 de Agosto del 2007, junto al drama incesante de miles de damnificados que aún no han logrado salir del hoyo, la mayoría de las iglesias católicas, de Ica afectadas por el sismo, actualmente siguen en estado de total abandono, con sus campanas silentes, llenas de telarañas, las paredes resquebrajadas y las cúpulas convertidas en inmensos boquerones, donde el poder de la incuria se ha convertido en el mayor velamen de la jerarquía eclesiástica.

Todo huele a inacción y carencia de buena voluntad, como una perla de esta anoxia asfixiante, duele contemplar el estado ruinoso en que se encuentra, entre otras, la emblemática Catedral de Ica, donde al parecer, a los responsables de su conservación y mantenimiento, en absoluto, les importa la protección y salvaguarda de sus líneas arquitectónicas coloniales y los importantes vestigios de su rica heredad histórica, consustanciales a la identidad del pueblo iqueño.

En esa especie de toldera en que vivimos, llenos de apremios y contrafuertes encontrados en facturas antiguas pendientes a pagar, el sismo ocurrido el viernes último, con una magnitud de 6.7 en la escala modificada de Richter, es una clara advertencia y latente de que Ica es una región altamente vulnerable y sísmica, para cuya eventualidad de emergencias debemos estar siempre preparados y unidos todos, y como tal, por encima de los viejos mandatos confesionales y los dislates de algunas instituciones y autoridades locales, que aún siguen parapetados en sus viejas tranqueras, es hora de impulsar y armonizar de manera integrada las tareas de protección y seguridad. Nos guste o no, tenemos que ordenar las cosas a imagen y semejanza de otros pueblos donde impera el orden, el diálogo y la participación, y sobre todo, saber escuchar las demandas del pueblo.

De acuerdo a los objetivos precisados en el Sistema Nacional de Defensa Civil, los comités de defensa en sus diferentes instancias, tienen la responsabilidad de movilizar no solo los recursos materiales, sino fundamentalmente los recursos humanos, todos seleccionados en concursos públicos debidamente capacitados, con la articulación planificada de programas de contingencia y salvaguarda a cumplir, antes, durante y después de cualquier desastre a que hubiere lugar.

Aquí el asunto no es quién debe mandar, sino quiénes desacatan una disposición de seguridad, y aún más, quiénes contemplan indiferentes desde sus balcones de conveniencia institucional y de quiénes como autoridad no dan el ejemplo de hacer respetar el principio de autoridad y la seguridad ciudadana. Antes que los intereses particulares deben primar los colectivos, se trata del bien común, en el caso de los templos se trata de la defensa de nuestra identidad y heredad patrimonial, lamentablemente mal preservadas y cauteladas en estos últimos tiempos. 

(*) www.lavozdeica.com

No hay comentarios: