Editor: Antenor Maraví
Confidencias en Alta Voz: ¿Somos un pueblo sin memoria colectiva?

jueves, 10 de noviembre de 2011

¿Somos un pueblo sin memoria colectiva?

[Casa+de+Abraham+Valdelomar+2.JPG]
                                                                                                                                                                       
                                                                                                                                                                           
       Fachada de la casa donde nació Abraham Valdelomar(tercera cuadra de la
       calle Arequipa) hoy convertida en terreno baldío, (orinario de los  perros
       callejeros):Nótese las placas de bronce, sus paredes y ventanales antiguas
                         a la fecha, todas fueron borradas del mapa.

Antenor Maraví Izarra (*) 

En materia de defensa y salvaguardia del patrimonio cultural de la región Ica, sin duda, hay mucho pan por rebanar. Hay un antes y después del terremoto que devastó Ica el 15 de Agosto del 2007, en el que básicamente urge mirar ese después, colocado no solo en el fiel de la balanza sino en el real contrapeso de los hechos, y como tal, se debe actualizar tanto el acerbo y el mapa monumental histórico de la región, así como exigir a las autoridades pertinentes asumir a plenitud la defensa de este importante legado
Son innumerables los monumentos históricos que por la lamentable  indiferencia  de las autoridades de turno, fueron borrados alevemente del inventario patrimonial de casi toda la región Ica, entre ellas cabe referir la destrucción total de la casona que sirvió en Pisco como el Primer Cuartel General de la Expedición Libertadora, igual suerte corrieron las casas donde nacieron Abraham Valdelomar y Matías Manzanilla en Ica (la primera hoy convertida en un terreno baldío, cubículo de perros callejeros, y la segunda para la complacencia de los mercaderes, es una galería comercial).
Similar abandono y atentado de lesa cultura a sus reliquias ornamentales religiosas, viene ocurriendo con la Catedral de Ica, así como la casona colonial donde funcionó el Instituto Pedagógico Juan XXIII. Este local, hace más de dos décadas, por Ley 25041 fue declarado como sede de la “Casa de Ciencia y Cultura: Abraham Valdelomar”; pero a excepción de la ANEA- ICA y algunos comunicadores sociales, amantes de la cultura, nadie movió una sola paja por convertir en realidad esta rara intención promovida por el entonces parlamentario iqueño Fernando León de Vivero, en el primer gobierno del ex presidente Alan García (de cuya incuria, abordaremos con amplitud en  próximo artículo).
Ante estos hechos de indudable pusilanimidad y el silencio cómplice de quienes no hicieron ni hacen nada por preservar y defender la memoria histórica regional, urge demandar el levantamiento de un nuevo mapa del patrimonio cultural, igualmente aclarar que la conservación de un inmueble considerado como patrimonio cultural, no se contrapone al progreso urbanístico y proceso de reconstrucción de las viviendas afectadas. Es una obligación moral honrar a la memoria de los hijos preclaros de un pueblo. ¿Qué pasaría si se destruye parte o todo nuestro patrimonio cultural? Se perdería no sólo nuestra identidad, sino también estaríamos borrando los indicios y los soportes de nuestra memoria colectiva.
Es pues, hora de enaltecer y defender nuestras raíces históricas, hay que construir el presente, es tiempo de honrar solidariamente un futuro de dignidad con la reafirmación de nuestras tradiciones y costumbres que forman parte de nuestra identidad, reafirmadas y legadas muchas de ellas por esa pléyade de hijos ilustres de nuestra milenaria heredad cultural.
Pueblo que no defiende su memoria es un pueblo sin alma ni identidad. Recordemos que todos nuestros bienes, en verdad no son nuestros, somos apenas las almas de esa memoria histórica del que un día ineluctablemente formaremos parte a la medida de nuestros actos.

1 comentario:

exono dijo...

Recuerdo muy bien esa casa, recuerdo que fue poco tiempo después de llegar a Ica, en una de las caminatas que hacía con mi padre que él apuntó una fachada diciéndome que esa fue la casa de Abraham Valdelomar.
Me emocionó conocer el lugar en donde vivió parte de su vida el autor de "El caballero Carmelo", "El vuelo de los cóndores" y el bello poema que tantas veces leímos en casa "El hermano ausente en la cena de pascua" (posteriormente conocí "Tristitia").
Me entristeció el que no fuese posible visitar los interiores de aquella casa, y más me entristece hoy el descuido y olvido que la habitan y la rodean.