Nunca como estos días la gran mayoría de la prensa capitalina se ha sumado casi monolíticamente a las demandas del pueblo damnificado por el devastador terremoto que asoló Ica y las provincias Pisco y Chincha, entre otros, con exigencias e informes reveladores del estado de abandono en que se encuentran la gran mayoría de los damnificados. Y es que, pese a los desvergonzados mensajes escritos en las paredes de Ica y otras provincias, donde sus ayayeros han pintarrajeado inscripciones como: “Gracias Alan Ica renace”, la realidad tiene otro rostro y la verdad subyace monda y lironda abrazada a tantas promesas incumplidas, por lo mismo es vergonzante que quieran esconder con el dedo, una dramática realidad de abandono en que sobreviven los damnificados, especialmente de las zonas rurales y urbano marginales, donde además de las carpas de hule y esteras hay una indigencia conmovedora; y eso no ven los ojos de sus ayayeros ni tampoco los propios gobernantes, ¿o acaso igual que Fujimori, nos consideran como caídos del palto?.
Lo cierto es que, a despecho de las elevadas cifras publicadas en mensajes pagados en los canales de TV, este primer año que ha transcurrido después del terremoto, en la ira del pueblo se encuentra no sólo la condena al rostro de la corrupción y su hermana gemela la impunidad, el pacto con los tránsfugas y la avalancha de los decretos legislativos en desmedro del pueblo y fundamentalmente el hambre que a diario asedia, rompe los límites de la cordura y como tal se encuentran cansados de tanto tocar las puertas de la indolencia. Por eso es que muchos agotados de tanto exigir justicia, ante la sordera de los gobernantes abiertamente hoy con toda razón no reparan en levantar la voz y señalar: ¿Qué democracia es esta? Que exime de tributaciones más de dos mil millones de dólares a la gran minería, mientras el pueblo no puede acceder ni siquiera a vivir en los famosos módulos provisionales que tanto prometieron, y nada se cumple.
Lo cierto es que, a despecho de las elevadas cifras publicadas en mensajes pagados en los canales de TV, este primer año que ha transcurrido después del terremoto, en la ira del pueblo se encuentra no sólo la condena al rostro de la corrupción y su hermana gemela la impunidad, el pacto con los tránsfugas y la avalancha de los decretos legislativos en desmedro del pueblo y fundamentalmente el hambre que a diario asedia, rompe los límites de la cordura y como tal se encuentran cansados de tanto tocar las puertas de la indolencia. Por eso es que muchos agotados de tanto exigir justicia, ante la sordera de los gobernantes abiertamente hoy con toda razón no reparan en levantar la voz y señalar: ¿Qué democracia es esta? Que exime de tributaciones más de dos mil millones de dólares a la gran minería, mientras el pueblo no puede acceder ni siquiera a vivir en los famosos módulos provisionales que tanto prometieron, y nada se cumple.
Ese terrible estribillo del cronista Felipe Guamán Poma de Ayala: “Y no hay remedio”, adquiere vida y sustancia en las exigencias del pueblo. Con la misma energía se solidariza la dolorosa sentencia del poeta Vallejo: “Señor ministro de salud,¿qué hacer?, desgraciadamente hombres humanos, hay hermanos muchísimo qué hacer”, y es que en los hospitales de la región Ica, todo ha colapsado, donde los médicos y enfermeras hacen malabares, para defender la vida..¡Ay señor, pero esa vida está cada vez más cerca al sepulcro en medio del olvido y los pactos gubernamentales. Un extraña silueta con brillo de soledad y abandono despiadado de sus gobernantes hoy cabalgan entre los escombros de su pobreza!.
Por eso es que, con justa razón los pueblos afectados por el terremoto del 15 de Agosto, que hoy cumple un año, encabezados por la “Coordinadora Ciudadana por la Defensa, Reconstrucción y Desarrollo de Ica” han acordado llevar a cabo hoy día una Movilización de Protesta y exigencias por las calles de Ica y una Asamblea en la Plaza de Armas., con variadas demandas. Estaremos ahí, al lado del pueblo.
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