Por :Joxielo
En esta fecha se vuelve a levantar el tema por los medios de comunicación, se programan actos conmemorativos, se reviven experiencias, se reflexiona y exige.
Las heridas ocasionadas por el terremoto continúan abiertas por una sencilla razón que la gente continúa literalmente en la calle. Apenas se ha avanzado en la reconstrucción; en algunas partes ni siquiera se han quitado los escombros. Para unos se ha reconstruido un 4%, para otros un 10% ó 20%. Esta es la razón por lo que la población afectada está disconforme e indignada. Desde el primer momento la respuesta al desastre ha sido centralista y desarticulada con la creación, por decreto, del FORSUR, desde arriba y sin participación de la población lo que acarreó una reacción en contra desde todas las instancias y se ha echado de menos articulación y dirección de cara a una mejor respuesta; el gobierno central, el regional y los gobiernos locales han caminado cada quien por su lado, incapaces de superar diferencias políticas y protagonismos ni ante una emergencia de esta magnitud. Así es como no se tiene ni una concepción ni una meta hacia la que caminar. No podemos olvidar de que estamos hablando de alrededor de 100 mil viviendas, dañadas ó colapsadas, es decir, la población afectada fue considerable.
Conviene aprovechar la circunstancia para hacer memoria:
El terremoto nos develó la vulnerabilidad y la inseguridad en que viven los sectores pobres y marginados de Ica; dejó al descubierto la situación de pobreza y miseria a pesar de que se consideraba como una región agroexportadora, de pleno empleo; la realidad demuestra una vez más, lo ya comprobado mediante estudios: que todo es boom agroexportador no mejora las condiciones de vida de la población trabajadora ni de la población en general.
El terremoto puso en evidencia, también, la falta de prevención ante los repetidos desastres: ni INDECI ni la población civil ni las autoridades tienen mecanismos para afrontar una contingencia de esta naturaleza.
La falta de saneamiento físico legal de los terrenos, manifiesta la informalidad en que vivimos, un mal endémico; no tenemos regularizado ni nuestros propios bienes. No podía faltar, también el oportunismo, la viveza, la criollada: Los materiales de reconstrucción subieron un 300%, perjudicando a los afectados
Pero, también hubo actos heroicos que habría que recoger como una lección motivadora en nuestra vida y sentimos una gran solidaridad, nacional e internacional importante que no podemos olvidar.
Creemos que en este periodo de emergencia y de reconstrucción, ni las autoridades gubernamentales ni la población hemos estado a la altura de las circunstancias.
Junto a esta memoria de acontecimientos queremos reflexionar sobre la reconstrucción:
En primer lugar, no se trata de un problema individual, sino social y es el Estado el principal responsable de hacerla efectiva.
Desde Codehica queremos reclamar la reconstrucción como un derecho; derecho a vida segura y digna; derecho a un proyecto de desarrollo integral, participativo y sostenible; derecho a un medio ambiente saludable y sin demoras.
La reconstrucción debe ser entendida como un proceso social concertado y participativo. Sin planificación concertada no hay reconstrucción. La reconstrucción conlleva una vida digna y segura para las familias damnificadas y sentar las bases para un desarrollo humano y sostenible.
Esto significa un plan de desarrollo integral y consensuado, capaz de transformar el desastre en una oportunidad. Para que este sueño no se hará realidad, se precisa de la voluntad política de reconstrucción por parte del Gobierno algo que todos echamos de menos. Después de un año no se conoce un plan integral de Reconstrucción consensuado y participativo. Cómo vamos a reconstruir si no tenemos un Plan de Reconstrucción bien diseñado.
Es urgente implementar políticas para afrontar la reconstrucción, evitando el centralismo; medidas excepcionales en beneficio de la región que garanticen el desarrollo participativo.
Nosotros apostamos por la implementación de un Acuerdo Regional por la Reconstrucción con la participación de los representantes de la sociedad y del estado donde entre todos forjemos las bases para un proyecto de desarrollo humano, integral, participativo y sostenible.
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