Por:Antenor Maraví Izarra (*)
Reza
un antiguo pensamiento chino: “Las instituciones educativas, cuanto más
antiguas sean, son la morada del alma, donde el tiempo es la eterna
acumulación de huéspedes, llenas de recuerdos y acciones
imperecederas…”.
El
pasado 24 de diciembre, víspera de Navidad. Luego de 40 años, tuve la
inmensa felicidad de reencontrarme – vía Facebook – con mi entrañable ex
alumno de la entonces Gran Unidad Escolar “José de San Martín” de
Pisco, Máximo Víctor Zegarra Blanco, quien con la misma solemnidad
infinita que siempre le caracterizó, al enlazar el bello poema “Con
manos del dolor”,coincidente a la primera publicación que hiciera como
miembro integrante del Círculo Literario Estudiantil ZOLLIPAR, con
generosas frases testimonian los inolvidables días que compartimos en la
referida institución educativa, Alma Mater de la histórica provincia
Pisco.
Rememorar los maravillosos años que compartí en este bendito
templo del saber, es retrotraer la imagen de una pléyade de maestros y
alumnos que tejieron con admirable vocación ese maravillosos quehacer
educativo, llenos de mística y entrega, donde el deporte, las artes, las
letras y las ciencias formaron el sólido pedestal de una fecunda labor
pedagógica.
En
esa morada, que bien podría ser un ínterin, donde los luceros del alba,
tantas veces acompasaron los iniciales pasos y sueños de luz de Máximo
Zegarra, que duda cabe, para quiénes tuvimos la dicha de compartir e
impulsar las primeras publicaciones de sus poemas llenas
de amor y la búsqueda de la dignificación y exigencias de justicia a los
derechos humanos. Aún adolescente y su inconfundible voz de niño
grande, a despecho de las fuerzas envolventes y las antípodas que
engendraron sus limitaciones económicas, con su rostro retinto y su
mirada de cóndor, siempre orgulloso de su raza afro peruana, convertidos
en cada poema en tatuajes y mil oraciones, tantas veces cabalgó y soñó
con alcanzar las manos de Dios, zurcidos en su pecho, a la espera del
maná que algún día llegará.
Como
diría el autor de “La soledad de los poetas muertos”, MVZB, en aquellos
años, aunque el viento se obstinó en soplar en contra, con sus
lapiceros en ristre, sin la clásica máquina de escribir, cual gladiador,
entre arenales y las brumas blanquecinas del mar,
abrazado al vuelo rasante de las gaviotas, innumerables veces navegó
triunfante en su lancha de papeles llenas de virginales poemas y sueños
de amor, que hoy seguramente fermentan en la ambrosía de un viejo lobo
atrincherado en las murallas limeñas.
Transcurrido estas cuatro décadas, confieso que por razones de cumplimiento de nuevos
retos y responsabilidades, tanto en el quehacer periodístico y
educacional, me alejé de Pisco a partir de los años1975, y desde
entonces perdí el contacto con quien, hoy en hora buena es
el causante de estas líneas fraternales abrazadas al año que se nos va
presurosamente, pero con señales de bengala.
Y
finalizo, estos cohetecillos de alegría, parafraseando a Octavio Paz,
quien en una ceremonia de reconocimiento a un poeta, señaló en alta voz.
Los poetas mediante la palabra, procuran hacer sagrado el mundo. No
pretenden hermosear, santificar o idealizar lo que tocan, sino volverlo
sagrado. Por eso, agrega Paz, desde lo más profundo de sus sentimientos,
no escatiman en valorar, aplaudir y a veces llorar al lado de quienes
defienden y sirven los derechos del ser humano, considerados como el
templo superior de la creación divina… ¡FELIZ AÑO 2013 POETA!!!.