¿Salir a bailar o quedarse a leer un libro?
Cynthia Maraví Oviedo
Sábado por la noche, 11 y 10 para ser exactos, se acaban los programas en la televisión, y ya no queda nada para ver, suena mi celular y veo que hay un mensaje de texto por leer: ¿habla, vamos a la disco?, el clásico mensaje sabatino, pero esta vez ha llegado demasiado tarde porque yo ya me he enganchado por completo a “cien años de soledad”, no pude resistirme, hace unos días fui a un centro comercial, con la intención de comprarme un pantalón y terminé comprando el clásico de Gabo, me emocioné porque era la edición conmemorativa, así que saciando mi sed literaria me llevé a casa el ansiado libro, y aquí me tienen, un sábado a las 11 y 15 echada en mi cama en pijama disfrutando de las historias del coronel Aureliano Buendía, y no me arrepiento, me divierto más leyendo que bailando en una discoteca, que puedo hacer, así soy yo, no cambio mis libros por nada, ni por una entrada a una fiesta exclusiva, ni por un disco original de aerosmith, ni por un ramo de rosas rojas, ni por 100 cocos, a lo mejor es porque son mi único patrimonio y lo único material que realmente me importa, o quizás solo sea una locura mía que es lo mas probable, porque ya ni siquiera estoy segura de mi cordura, lo único que sé con certeza es que en el mundo no hay nada más placentero que taparse en una cama con veinte frazadas encima con un libro al lado, tenemos la suerte de contar con mentes brillantes que han sido capaces de plasmar la maravilla en sus libros, tenemos el lujo de existir en esta época donde vivimos rodeados de computadoras, de periódicos que vienen con promociones incitando a la lectura, de páginas web donde sólo con escribir los nombres de nuestros escritores preferidos, obtenemos toda su obra, tenemos la fortuna de vivir en un país lleno de gente grande, de gente gloriosa que se las juega por escribir, gente que batalla día a día con la indiferencia de su propia patria, gente que aún sin tener que comer, no pierde la esperanza de que algún día acabe la ignorancia, que parece crecer cada día, es increíble, pero aun en esta época en el Perú existe esa gente, tenemos tanto para aprovechar, y sin embargo no hacemos nada, preferimos ocupar nuestro tiempo, dinero y mente en eventos superfluos de los que no sacamos nada, preferimos invertir en ropa que en un buen libro, nuestras autoridades prefieren evitar este tipo de asuntos, porque hablando ya de nuestra ciudad, en Ica muy rara vez veo alguna noche cultural (aparte de las del INC y algunas actividades que suelen organizar las instituciones culturales casi a cuenta gotas) o una feria de libros, y ni mencionar a la biblioteca, porque ¿alguien sabe donde queda?, y los que como yo alguna vez en su vida han ido ¿encontraron lo que necesitaban?, o siendo mas realista aún ¿les ha provocado entrar a ese lugar tan carente de modernidad, y tan poco inspirador?, si ni a mi que me la paso leyendo constantemente me provoca entrar, menos a las personas que les está despertando el interés.
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