Raúl Wiener
En el Perú tenemos gobernantes que se abren al mundo y firman todo TLC que se les cruce en el camino, se abrazan y se besan con Bush, Hu Jintao, Medvedev, Bachelet y otros, y gritan entusiastas “a más crisis del neoliberalismo, más neoliberalismo”. Pero al mismo tiempo parecen atacados por un violento pánico que les hace imaginar que desde las empresas, las ONG, los comités, las fundaciones o cualquier tipo de institución creada por ciudadanos peruanos o residentes en el país, podrían estar actuando malévolas fuerzas a cuenta de enemigos de la soberanía nacional.
Para conjurar este inminente peligro se han puesto a revisar el Código Civil y la Ley General de Sociedades y han descubierto que entre las causales de disolución aplicables a diversos tipo de personas jurídicas se encuentran las de tener actividades o fines que resulten contrarios al orden público y a las buenas costumbres (Artículos 96 y 109, del Código; y 33 de la Ley de Sociedades), y esto no les pareció suficiente para responder a lo que denominan una situación “que no puede descartarse”, es decir que también las personas jurídicas domiciliadas en el Perú puedan estar actuando al servicio de otros gobiernos (Exposición de Motivos del Proyecto).
Por eso el genio legislativo de García, Simon y la doctora Fernández, los ha llevado a pedir tres grandes cambios de urgencia: - Una prohibición en sentido general para que cualquier persona jurídica desarrolle actividades que puedan entenderse como contrarias a la soberanía nacional, la seguridad del Estado, el orden público y el principio de no intervención (artículo 1º)- Un agregado a las causales de disolución de asociaciones y fundaciones, sumándoles los casos en los que las actividades y los fines resulten contrarios a la soberanía nacional, la seguridad del Estado y el principio internacional de no intervención (artículo 2º)- Otro agregado en los mismos términos a la Ley de Sociedades (artículo 3º) Obviamente la investigación sobre las casas del ALBA, que debía probar que la tenebrosa mano del chavismo está detrás de las huelgas ha resultado un fiasco, porque las tales casas no han pasado de la labor humanitaria con personas de la tercera edad, y no hay forma que la denuncia policial de vínculos con el terrorismo internacional contra Humala y otros, resulte creíble para muchas personas.
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