Editor: Antenor Maraví
Confidencias en Alta Voz: El proceso de paz en Ayacucho

miércoles, 1 de octubre de 2008

El proceso de paz en Ayacucho


Tycho Janampa(*)

El Comisionado para la Paz y el Desarrollo de Ayacucho y la Plataforma de Cultura de Paz de la Mesa de Concertación de Ayacucho organizaron el Foro “Balance del Proceso de Paz”, el día jueves 25 de setiembre en el Centro Cultural de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, actividad que contó con la participación del periodista Gustavo Gorriti y un panel de actores locales integrado por Jefrey Gamarra, Andrés Solari y Mario Cueto.
Gorriti y los panelistas coincidieron que luego de la derrota de Sendero Luminoso (SL), en Ayacucho comenzó a hablarse del proceso de paz. Gorriti se refirió a la situación actual de SL indicando que éste “no significa ya un peligro estratégico para el país”; sin embargo, advirtió la presencia del grupo dirigido por Artemio en el alto Huallaga, que todavía mantiene una vinculación política y espiritual con Abimael Guzmán ya que a pesar de haber retrocedido “sigue empeñado en sobrevivir”. Por otro lado, el periodista también destacó la presencia de aquellos “acuerdistas” que siguen la línea actual de Abimael Guzmán, buscando -lo que ellos llaman- un acuerdo político sobre los problemas derivados de la guerra interna.
También se refirió a la columna que tiene su centro de operaciones en el Valle del río Apurímac y Ene (VRAE) -en el reducto de Vizcatán (Huanta)- que “es un grupo que ha cortado vínculos con Abimael Guzmán”, pese a considerarlo como un personaje importante en el partido pero con muchos errores cometidos. Este grupo ha crecido en los últimos años gracias a los cupos otorgados por el narcotráfico y se proclama en la decisión de continuar con la guerra.
Tareas pendientes
Por su parte, los panelistas coincidieron que en la actualidad el país sigue viviendo una democracia precaria donde el gobierno de Alan García es indiferente a los problemas de la población. Gorriti precisó que “quien utiliza el razonamiento para cualquier cosa menos para solucionar los problemas, marcha hacia una pavorización del conflicto social, hacia un divorcio cada vez mayor”.
Si bien es cierto que en Ayacucho fue donde empezó el proceso de violencia política, entonces debe ser aquí “donde también todo debería terminar”, manifestó Gorriti. Por ello, en Ayacucho –precisó- existe una doble responsabilidad que saldar la violencia, ante los que murieron y ante los que quedaron vivos pero espiritualmente mutilados. En ese sentido, sugirió que los gobernantes deben hacer el esfuerzo por comprender esta situación, y que a partir de allí se genere los métodos y las formas del buen gobierno que es la característica esencial de la paz en nuestra nación.
Andrés Solari, representante de la Plataforma de Gobernabilidad de la Mesa de Concertación de Lucha Contra la Pobreza de Ayacucho, afirmó que lo que se buscaba con la desaparición de SL era la paz, pero ésta todavía está dentro de un proceso no culminado. Por otro lado, Solari rescató la importancia de la gobernabilidad para encaminar el proceso de paz en la región, pero precisó que ésta debe ser coherente y concertada entre los gobernantes y los gobernados.
El docente de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, Jefrey Gamarra, manifestó que si bien ha terminado la lucha armada, aún no se ha terminado el proceso de paz, por demás endeble en el Perú. Además indicó que en la memoria de los ayacuchanos aun queda “el peligro de la recurrencia de algo, porque todos compartimos el temor de que en algún momento la cosa vuelva y esos temores se ven con mayor intensidad en la zona rural de Ayacucho”.
Asimismo, calificó de tonta la decisión del Gobierno Regional de Ayacucho de que tropas norteamericanas ingresaran a Ayacucho. “La gente pensó que los gringos estaban perforando pozos porque buscaban nuevas maneras para llevarse el agua del Perú”. También precisó que todo esto retrotrae a la necesidad de la memoria como elemento importante para repensar el pasado, lo cual “está jugando peligrosamente con la memoria de lo vivido”.
Finalmente, planteó que para entender el proceso de paz debemos ver con claridad el proceso de fragmentación, de cambio de paradigmas que vivimos y del cual debemos estar alerta. “Hemos pasado del paradigma clasista a un nuevo paradigma que yo lo llamo ultranacionalista”, reflexionó el profesor universitario.

(*)Asociación SER – Oficina Regional Ayacucho

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