Tycho Janampa(*)
Desde que se conocieron los presuntos excesos que habrían cometido miembros de las Fuerzas Armadas en la incursión militar realizado en Pichis Río Seco -poblado cercano a Vizcatán- el 14 de setiembre, diversos actores ayacuchanos han puesto en debate las estrategias de intervención militar en el Valle del Río Apurímac y Ene (VRAE) de la operación Excelencia 777, más aún cuando el Ministro de Defensa, Antero Flores, indicó que en Vizcatán “no se ha violado los derechos humanos”, desconociendo así la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran la población de esta zona.
Andrés Solari Andrade, Coordinador de la Mesa de Concertación para la Lucha Contra la Pobreza de Ayacucho, ha precisado que no está en contra de las operaciones militares en el VRAE, pero también advierte que no se ha debido apresurar esta operación sin haber previsto la situación de la población. Guillermo Torres Palomino, alcalde del distrito de Kimbiri, sostiene el mismo argumento que Solari, pero cuestiona los excesos cometidos, por ello que invoque al gobierno nacional a que tenga cuidado, “ya estamos en otra época y los excesos se tienen que evitar en lo posible”, ha referido.
El Mayor EP(r) César Vásquez, conocido militar ayacuchano, sostiene que el gobierno regional de Ayacucho debió participar en el planeamiento de las operaciones militares que se realizarían en el VRAE, para “evitar que se hagan intervenciones militares a espaldas del presidente regional”. Vásquez sostiene que el Ministro de Defensa debe dar cuenta sobre las operaciones militares que están desarrollándose y que el VRAE necesita planes de desarrollo coherentes.
Diversos analistas manifiestan que en el VRAE el Ejército debe ganarse el apoyo de la población para combatir a los rezagos de Sendero Luminoso, por ello César Vásquez sostiene que con las últimas acciones militares que evidenciarían hechos atentatorios contra los derechos humanos, el “Estado ha retrocedido en lugar de avanzar. La población no debe tener miedo cuando llega un militar a una comunidad con el arma en la mano. Allí debemos generar una corriente de debate”.
A consideración de Pedro Yaranga, ex Consejero Regional por La Mar, lo que está fallando en estas acciones militares es el trabajo de inteligencia y afirma que “un estilo de guerra que se hacía hace 20 años no se puede repetir”. Asimismo, sostiene que anteriormente se desarrollaron operativos con el apoyo de los Comités de Autodefensa (CAD), porque conocían lo agreste de la zona y distinguían también a las personas que eran extrañas, “pero los CADs han sido abandonados por diferentes gobiernos, de modo que a estas alturas estamos viendo que muchos de ellos incluso han sido captados para fines del narcotráfico, traslado de la droga”, afirma.
Vizcatán
Según data la información, en 1989 la zona de Vizcatán, Pampa Aurora y la margen izquierda y derecha del río Mantaro eran espacios donde se asentaban varios centros poblados, pero la presencia senderista hizo que migraran a otros lugares, volviéndose un espacio minado. En adelante la zona se denominó Vietnamito. Tras los operativos realizados por el Ejército y los Comités de Autodefensa (CADs) en 1999, 2000 y 2003, se hizo retroceder a los subversivos que estaban allí, recuperando espacios territoriales que posteriormente fueron repoblados.
Entre el 2004 y 2005 pobladores de la localidad de Ayahuanco empezaron a repoblar estos territorios con el apoyo de algunas instituciones. Actualmente hay una población considerable en Pampa Aurora y parte de Vizcatán. También se pobló la margen izquierda del río Mantaro, incluido Pichis, lugares donde anteriormente no vivía nadie.
Es precisamente en Pichis Río Seco donde se habrían producido excesos durante el desarrollo del Operativo Excelencia 777. Estas acciones militares obligaron a gran parte de la población -que estaba repoblando esta zona- a retirarse hacia Unión Mantaro y Canayre, para evitar ser confundidos con senderistas.
La discusión acerca de si se ha tomado o no la mejor estrategia para ingresar a Vizcatán es parte de la agenda regional, pero también es momento de que el gobierno nacional considere las propuestas de desarrollo de las regiones. Diversos actores regionales de Ayacucho sienten que se trató de un operativo apresurado y sostienen que se debió haber esperado un tiempo prudente, quizá hasta que los trabajos de inteligencia determinaran realmente en qué lugar se debió haber intervenido. Entre tanto se conoce que el conjunto de operaciones militares no ha concluido y que se alista una próxima intervención.
Andrés Solari Andrade, Coordinador de la Mesa de Concertación para la Lucha Contra la Pobreza de Ayacucho, ha precisado que no está en contra de las operaciones militares en el VRAE, pero también advierte que no se ha debido apresurar esta operación sin haber previsto la situación de la población. Guillermo Torres Palomino, alcalde del distrito de Kimbiri, sostiene el mismo argumento que Solari, pero cuestiona los excesos cometidos, por ello que invoque al gobierno nacional a que tenga cuidado, “ya estamos en otra época y los excesos se tienen que evitar en lo posible”, ha referido.
El Mayor EP(r) César Vásquez, conocido militar ayacuchano, sostiene que el gobierno regional de Ayacucho debió participar en el planeamiento de las operaciones militares que se realizarían en el VRAE, para “evitar que se hagan intervenciones militares a espaldas del presidente regional”. Vásquez sostiene que el Ministro de Defensa debe dar cuenta sobre las operaciones militares que están desarrollándose y que el VRAE necesita planes de desarrollo coherentes.
Diversos analistas manifiestan que en el VRAE el Ejército debe ganarse el apoyo de la población para combatir a los rezagos de Sendero Luminoso, por ello César Vásquez sostiene que con las últimas acciones militares que evidenciarían hechos atentatorios contra los derechos humanos, el “Estado ha retrocedido en lugar de avanzar. La población no debe tener miedo cuando llega un militar a una comunidad con el arma en la mano. Allí debemos generar una corriente de debate”.
A consideración de Pedro Yaranga, ex Consejero Regional por La Mar, lo que está fallando en estas acciones militares es el trabajo de inteligencia y afirma que “un estilo de guerra que se hacía hace 20 años no se puede repetir”. Asimismo, sostiene que anteriormente se desarrollaron operativos con el apoyo de los Comités de Autodefensa (CAD), porque conocían lo agreste de la zona y distinguían también a las personas que eran extrañas, “pero los CADs han sido abandonados por diferentes gobiernos, de modo que a estas alturas estamos viendo que muchos de ellos incluso han sido captados para fines del narcotráfico, traslado de la droga”, afirma.
Vizcatán
Según data la información, en 1989 la zona de Vizcatán, Pampa Aurora y la margen izquierda y derecha del río Mantaro eran espacios donde se asentaban varios centros poblados, pero la presencia senderista hizo que migraran a otros lugares, volviéndose un espacio minado. En adelante la zona se denominó Vietnamito. Tras los operativos realizados por el Ejército y los Comités de Autodefensa (CADs) en 1999, 2000 y 2003, se hizo retroceder a los subversivos que estaban allí, recuperando espacios territoriales que posteriormente fueron repoblados.
Entre el 2004 y 2005 pobladores de la localidad de Ayahuanco empezaron a repoblar estos territorios con el apoyo de algunas instituciones. Actualmente hay una población considerable en Pampa Aurora y parte de Vizcatán. También se pobló la margen izquierda del río Mantaro, incluido Pichis, lugares donde anteriormente no vivía nadie.
Es precisamente en Pichis Río Seco donde se habrían producido excesos durante el desarrollo del Operativo Excelencia 777. Estas acciones militares obligaron a gran parte de la población -que estaba repoblando esta zona- a retirarse hacia Unión Mantaro y Canayre, para evitar ser confundidos con senderistas.
La discusión acerca de si se ha tomado o no la mejor estrategia para ingresar a Vizcatán es parte de la agenda regional, pero también es momento de que el gobierno nacional considere las propuestas de desarrollo de las regiones. Diversos actores regionales de Ayacucho sienten que se trató de un operativo apresurado y sostienen que se debió haber esperado un tiempo prudente, quizá hasta que los trabajos de inteligencia determinaran realmente en qué lugar se debió haber intervenido. Entre tanto se conoce que el conjunto de operaciones militares no ha concluido y que se alista una próxima intervención.
(*)Asociación SER – Oficina Regional Ayacucho
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