Editor: Antenor Maraví
Confidencias en Alta Voz: julio 2013

viernes, 26 de julio de 2013

La promesa de la vida peruana, y el rol de la juventud

Por: Antenor Maraví Izarra(*)
 
 
Tras los recientes y vergonzantes hechos ocurridos en el Congreso Nacional, en cuyos prolegómenos, el pueblo y fundamentalmente la juventud, posesionada en las calles y plazas públicas, hicieron retroceder la nefasta repartija y oscuros conciliábulos en la elección de los nuevos miembros titulares del Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo y el Banco Central de Reserva. Nada más oportuno en estos días solemnes, en los que el pueblo bulle en honda fruición y aromas de amor a la Patria, es menester recordar las palabras del ilustre historiador peruano Jorge Basadre Grohman, enlazados a sus emblemáticas reflexiones sobre: La promesa de la vida peruana y el rol de la juventud.
La promesa de la vida peruana, - tal como enfatiza el recordado sacerdote jesuita Felipe E. Mac Gregor - está por encima de las banderías y partidos políticos, subyace constantemente amenazada porque el Perú es un problema, pero también una inmensa posibilidad, depende de la acción de los peruanos. Basadre piensa, sobre todo en los jóvenes, desea que la promesa aliente, “…una juventud que no se deje aplastar en la lucha por la vida, que no se disipe en la frivolidad, que no se malbarate en la búsqueda del medro egoísta, que no se esterilice en el sectarismo, cáncer que ha roído a sus hermanos mayores: Una juventud tonificada con una emoción de historia, la historia de nuestro tiempo y la historia nuestra que flota todos los días en nuestros sueños y viejas utopías, cargados de amor para todos los connacionales.
Una juventud que por encima de los dogmas y corralones partidarios, sepa acceder y formular nuevas alternativas al servicio de las mayorías nacionales, basándose en una voluntad afirmativa del bien común, que sepa rechazar y desterrar las asfixiantes tolderas de impunidad que cotidianamente atentan contra la moral y la ética que debe imperar en todo buen gobierno.
El autor de la historia republicana del Perú, el año 1945 previene a la juventud de los tres grande enemigos de la vida peruana: los podridos, los congelados y los incendiados. Categóricamente nos señala y advierte “…Toda la clave del futuro está allí, que el Perú se escape del peligro de no ser sino una chacra, de volverse en páramo o de convertirse en una fogata.
La chacra, dice Basadre, es la corrupción moral pasada de la conducta a las instituciones y la convivencia social, el sumo de los podridos que atacan la vida; ellos han prostituido y prostituyen palabras, conceptos, hechos a instituciones al servicio de sus medros, de sus granjerías y de sus apasionamientos. Y los Páramos, son los indiferentes, que no les importa nada de cuanto sucede en el país, viven encerrados en si mismos, viven congelados, sólo miran a quienes son sus iguales y a quienes son sus dependientes, nadie ni nada más existe. Esto es apenas un trozo de la promesa de la vida peruana que nos habló con tanto apasionamiento el gran historiador.
Faltan apenas ocho años para el advenimiento del bicentenario de la Independencia Nacional, preparémonos, pues, para conmemorar con honores y reales conquistas del bienestar social, económico y cultural, soñado por nuestros próceres, héroes y mártires, y es posible que los jóvenes de hoy, entonces se encuentren rebuscando las primeras canas flameantes en su sien; y talvez recordando la importante lección cívica que escribieron en estos tiempos de cólera y amor inquebrantable a la Patria bendita que nos legaron nuestros padres. 
 

sábado, 20 de julio de 2013

¡Ay, como sigues doliendo, Perú!

Por: Antenor Maraví Izarra (*)
 
Han transcurrido diez años, desde la fecha en que los miembros de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, hicieron entrega pública en el Palacio de Gobierno, al entonces presidente de la República Alejandro Toledo, el Informe final en nueve tomos y varios anexos, con la descripción, análisis y las recomendaciones para restañar los dolorosos años ocurridos en el Perú en las décadas 80 y 90 del siglo pasado, que dejó un saldo de más de 69 mil muertos, desaparecidos, mujeres embarazadas violadas y comunidades campesinas alto andinas obligadas compulsivamente a desplazarse a otros lugares de sobrevivencia, sin rumbo ni destino, como consecuencia de la dramática violencia que asoló con tanta vesania en las zonas alto andinas de Ayacucho, Huancavelica y Apurímac, entre otros, en las que se recomendaron reparar de cuanto se les haya arrebatado y causado innumerables daños físico y psicológicos, se sugirió incluso buscar y allanar los caminos de la reconciliación nacional, empero todo quedó en nada los gobernantes que sucedieron en los cargos nunca dieron importancia alguna.
A los damnificados, en su gran mayoría honorables hablantes del runa simi (auténticos legatarios de nuestra ancestral heredad nacional), alevemente siguieron calificándolos como ciudadanos de segunda categoría, es decir los pobres, los excluidos de siempre, y como tal, las recomendaciones de la CVR, pasaron a formar parte de las viejos y enmohecidos archivos, denominados calendas griegas, que yacen en los socavones llenas de telarañas y las ratas en permanente acecho y festín.
Quiénes estuvimos atentos con la transmisión de los canales de TV, de la referida ceremonia palaciega, en la que estuvieron presentes personalidades de la vida política, social y eclesiástica, entre otros. A los pocos minutos que empezó a pronunciar el discurso de orden el Presidente de la CVR doctor Salomón Lerner con palabras quebradas y exigencias de justicia y reconciliación nacional, fue conmovedor observar a la pareja presidencial atisbar lágrimas en sus mejillas. Empero transcurrido los años,
Igual que sus sucesores, absolutamente no hicieron nada por desagraviar a las víctimas de esta cruel violencia que asoló tan dramáticamente al país, al contrario llenaron sus arcas con inequidades y vergonzantes tribulaciones para justificar las adquisiciones de compra venta de inmuebles millonarios, y en el caso del expresidentes García, las conmutaciones de carcelería a numerosos traficantes de droga.
Somos pues, sin duda, un país no solo de grandes ironías y corruptelas, sino también de grandes choques de ironías e indefensión, de incumplimiento de promesas electorales, donde los poderes del Estado y los gobernantes manejan las exigencias del pueblo con criterios de subasta y componendas nauseabundas, como el caso reciente ocurrido en la sala de sesiones del llamado Congreso de la República. Que vergüenza, o es que acaso estos sucesores de los come pollos y los come oro, nos creen que somos caídos del palto?.
Mucho cuidado, todo tiene un límite, toda injusticia y los actos carentes de moral y ética, generan el descontento del pueblo, y en algunas veces engendran violencia.La paciencia del pueblo tiene un límite.