Editor: Antenor Maraví
Confidencias en Alta Voz: junio 2011

martes, 14 de junio de 2011

BASTA A LA CORRUPCION E IMPUNIDAD

Antenor Maraví Izarra (*)


César Vallejo, días antes de morir, escribió en París: “...Soy peruano del Perú,/ perdonen la tristeza”. Le dolía el país que dejó. Su rostro, y su cuerpo entero estaban habitados por la tristeza y la vergüenza, en su corazón doliente, más fresco y cercano que ahora, seguían aferradas las lapidarias frases de Don Manuel González Prada: “Donde se pone el dedo, brota pus”.
Tanta corrupción, tanta podredumbre y complacencia moral, y no poder hacer nada. Como si formara parte de nuestras costumbres, una pus maloliente y pública, fluye libre, igual que en los años de Gonzáles Prada y el vate César Vallejo. No importan los años transcurridos, la terrible sentencia de un Estado corrupto, donde la impunidad y el pacto vergonzoso, de los políticos, de los poderes del Estado, inclusive de algunos Medios de Comunicación, llámense capitalinas y provincianas, siguen asfixiando nuestra realidad nacional.
¿Qué es lo que está ocurriendo en el país, a escasos días para la toma de posesión de un nuevo gobernante?, ¿Por qué tantos brincos y arrebatos de media noche en descarada defensa de quiénes han saqueado el país?, ¿O es que acaso nuestros legisladores creen que formamos parte de una aldea de simios?, y como tal, muy orondos han posibilitado la promulgación de la Ley 29703, que a todas luces es un redoble de tambores en salvaguarda de la gran cofradía nada santa, que pulula en estos tiempos en el país.
Lo cierto es que, en materia de corrupción e impunidad, hay innumerables indicios de deshonestidad y corruptelas a lo largo y ancho del país en todos lo niveles, parte de esa realidad, es el Informe de la Comisión de Fiscalización y Contraloría del Congreso de la República, referidos a la Región Ica, que a pesar del tiempo transcurrido sigue amarrado al petate de la ineptitud e indefensión, referidos al proceso de reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto del 2007, en el que, entre otros, se señalan graves hallazgos de delitos de colusión, negociaciones incompatibles, incumplimiento de función en la modalidad de retardo, apropiaciones de donativos internacionales, proliferación de normas que regulan las exoneraciones para los procesos de selección, prestándose a una serie de ofertas y contraofertas en las adjudicaciones de las obras.
De ese gran cernidor de corrupción que se ha manejado en Ica, citamos como una perla referencial, el caso de San Andrés (Pisco) donde hubo Malversación de Fondos, al haberse alterado el destino de donación realizada por el Sindicato Nacional de Profesores de México por la suma de $ 700 mil dólares, destinada a la I.E. Nº 22473 “Inmaculada Concepción” .
En esta alberca de truhanes, son innumerables las fechorías, por consiguiente, es hora de limpiar la maleza y tiempo de moralizar. No debemos olvidar, tolerar la impunidad y más aún favorecerla, aquí o en cualquier otro país, lesiona gravemente la legalidad y el sistema democrático, y afecta seriamente las relaciones humanas.La paciencia del pueblo no da para más, exige cambios, exige moralización a gritos, está candado de formar parte de tantas inequidades y diatribas, quiere paz y desarrollo pero con justicia y credibilidad en sus gobernantes.


jueves, 9 de junio de 2011

A pólvora y dinamita...


Julio Valdivia Carrasco (*)



Magaly Solier, la bella hija de Huanta se va para Chile, a Iquique , en el norte chileno específicamente, para hacer el papel de ñusta en una película producida por cineastas de ese país. A no dudarlo, Magaly triunfará, como ha ocurrido con otras cintas donde ha intervenido. Cualidades artísticas le sobran, lo han dicho los especialistas de dentro y fuera del terruño, por algo los galardones van sumándose uno tras otro.


En esta nota, sin embargo, no quiero destacar esa brillante faceta de Magaly; lo que busco es dejar contancia del papel real que le tocó desempeñar en el desenlace electoral del último 5 de junio. A mi juicio fue algo así como la cereza de la torta en la confrontación con el Torquemada que tenemos como cardenal del Perú, que sumándose una vez más a las fuerzas negras del fujimontesinismo quiso negar lo que no se puede negar: su silencio cómplice a la hora en que miles de mujeres andinas fueron despiadadamente esterilizadas en los años del fujimorato.


El ahora presidente Humala, en el debate con la señora Keiko introdujo el tema; la mentira y la minimización de tan grave asunto por quien fuera primera dama en los tiempos en que produjeron esos crímenes, dispararon más la denuncia. Torquemada quiso blindar a la dama, pero no contó con la pólvora y dinamita de la palabra de la Solier.Cuidado Cipriani, le dijo, y le espetó en primera: "usted no tiene derecho a opinar sobre las esterilizaciones forzadas, ni sobre el aborto, ni sobre la mujer, porque usted no tiene útero". Y además, para coronar su faena verbal, diciéndole algo así como no joda: "no se crea papa en la tierra de la papa".


Las redes sociales estallaron, la cucufatería católica se persignó una y otra vez y faltaron rezos para tender un manto piadoso sobre tan heréticas palabras. Terrenalmente, políticamente hablando, sin embargo la suerte estaba echada para Cipriani y para la primera dama del fujimontesinismo. Era la voz de una mujer la que tronaba, que se hizo justamente mujer en la heroica Huanta, en medio de las atrocidades de la guerra interna que vivió el Perú y de las políticas, que como en el caso de las esterilizaciones ejecutó el estado para acabar bárbaramente, a lo bestia, con la pobreza de nuestras sierras.
La Solier se compró el pleito. Había anunciado que no iba a votar y como a muchos famosos, en salvaguarda de su carrera, le hubiera convenido guardar silencio a la hora en que las papas quemaban. Pero no lo hizo, lo arriesgó todo cuando el miedo causaba estragos. Pudo más su formación, sus valores, su identificación con los hombres y mujeres de nuestros pueblos. Todo un ejemplo de mujer, o como diría el viejo Dolorier: toda una flor de retama...


Fuente:(*)Alberto Mosquera Moquillaza

lunes, 6 de junio de 2011

Ollanta Humala: ¡Presidente del Perú!

Triunfó la lucha por la justicia social y contra la corrupción



Antenor Maraví Izarra


Tal como esperábamos, a pesar de la demonización de la derecha cavernaria, a pesar del desesperado carga montón de la prensa amarilla, las elecciones de ayer se vistieron a lo largo y ancho del país, de ese rojo y blanco, colores que simbolizan nuestra heredad histórica, y como tal, la elección de Ollanta Humala como el próximo Presidente del Perú, latió de fervor patriótica en la costa, sierra y selva, orlado de esa fe esperanzada, por un gobernante, decidido y capaz de erradicar frontalmente, entre otros, los imperdonables lastres, que inmemorialmente causaron en el Perú, infranqueables brechas de exclusión social y moral.
En defensa de los pobres
Hace más de 170 años el mundo inició una campaña exitosa contra la esclavitud, hoy todos debemos de sumarnos a la campaña y la lucha contra la pobreza y la extrema pobreza que afecta a países como el nuestro con sus tenebrosas garras. La pobreza tiene muchos rostros y abarca más que un bajo ingreso económico. Refleja también mala salud y educación, privación de conocimientos y comunicaciones, la incapacidad para ejercer los derechos humanos y políticos; y la falta de dignidad, confianza y respeto por si mismo.
Detrás de esos rostros de la pobreza, se oculta la sombría realidad de vidas desesperadas, sin salida, y con frecuencia, gobiernos que carecen de capacidad para enfrentar la situación de marginación al que inmemorialmente fueron sometidos por los gobernantes de turno, causando elevados índices de morbilidad infantil, tuberculosis, analfabetismo, deserción escolar, amén de los salarios paupérrimos, la carencia de agua, vivienda y luz, etc, etc.
En las comunidades alto andinas de las regiones como Puno, Huancavelica, Ayacucho y Apurímac, la extrema pobreza siempre ha sido un paisaje común donde la intensidad de la palabras poéticas y la universalidad del mensaje humano, tanto de César Vallejo como de José María Arguedas, parecieran temblar en el aire, abrazados al dolor constante del hombre y la mujer.
Tiempo de moralización radical
En esa pandemia de corruptelas en que vivimos, la imagen de inmoralidad sin límites que agobia el país, no solo sigue latente, sino que, se ha fortalecido en estos tiempos. Hay un cinismo nunca visto antes, donde los operadores de los denominados faenones, gozan de un patente de corzo y el silencio cómplice, de quienes hoy nos gobiernan.
Este cuerpo purulento de nuestra realidad nacional, como diría hace más de 100 años, Manuel González Prada, sigue infestado de tantos truhanes y traficantes de todo pelaje, pero nunca como ahora han gozado de tantos privilegios y el visor complaciente de quienes hoy conducen los destinos del país.
Cuanta razón tuvo el poeta, Sebastián Salazar Bondy, cundo dijo: “Mi país es un banquete de ubres,/ un templo de ceremoniales crueles,/donde todos los días, crucifican su dignidad”. Esta clamorosa constatación, no es mas que el fiel reflejo de que en el Perú las instituciones son puramente formales que no significan garantía para nadie, salvo para aquel que lo controla, con los poderes del Estado totalmente sometidos al Ejecutivo.
Cerrar el paso a la corrupción y la impunidad imperante es imprescindible. No hay peligro más grave para la democracia que la impunidad, que devora el capital político, social y moral de un país, y abre las puertas para la presencia devastadora de esa delincuencia de cuello y corbata. Es hora de exigir cuentas a quiénes tienen la responsabilidad de prevenir, investigar y sancionar esta peste social.

viernes, 3 de junio de 2011

El otro terrorismo:

LA BANALIDAD DEL MAL Y LA PRENSA AMARILLA

Antenor Maraví Izarra (*)

En el juicio contra Adolf Eichmann, al hablar de la banalidad del mal y la irreflexión de quiénes cometieron crímenes actuando bajo órdenes superiores en los años del holocausto nazi, Hannant Arendt señaló: “El solo hecho de haberse llevado a cabo en Israel frente a un Tribunal judío y bajo presión de miles de familias afectadas, era suficiente para saber que la sentencia estaba escrita de antemano”. Habla, por sobre todo, de la importancia y la necesidad de sumar voluntades y esfuerzos en la búsqueda de un futuro diferente para quienes sufrieron aquellos años nefastos, en los que, todos los sobrevivientes combatieron a viva voz el mal banal por considerarlo como uno de los peores males que atentó contra la dignidad y los derechos humanos.
Paradójicamente en el Perú, a tres días para la elección de un nuevo Presidente de la República, banalmente seguimos confrontando barreras de variada índole, donde los medios de comunicación, - hoy alentados por esa rancia derecha oligárquica, asustada de perder viejos privilegios, sigue encendiendo fogatas de odio e intolerancia contra la prédica de una necesaria política social y justa distribución de la economía nacional, y una lucha frontal contra la corrupción y concertación para un buen gobierno, planteados por el candidato Ollanta Humala - han desatado delirantes rabietas y gritos desaforados de conocidos gonfaloneros como el caso de Bayly y otros tantos mercenarios de la prensa amarilla que incansablemente vienen destilando una serie de seudo historietas teñidas de un daltonismo craso y afiebrado, contra el candidato OLLANTA HUMALA de Gana Perú.
En esa vieja pirueta, llama la atención que el periodista Pablo O’brien, ex jefe e integrante de la Unidad de Investigación del diario El Comercio, del que no hace mucho fue desaforado por posibilitar la difusión de los “Petroaudios” en un canal de TV limeño, con salpicones de corrupción en las esferas gubernamentales del aprismo. Y llama la atención que un periodista de su talla “moral”, hoy se preste como un operador ¿? de una entrevista publicada en el diario Perú 21, y transmitida con apremio en algunos canales de la televisión capitalina, en los que el delincuente Antonio Mori Sandoval, natural de Huánuco, declara con todo desparpajo haber pagado al Capitán Carlos (Ollanta Humala) cupos de aterrizaje en el Km 19 de la carretera marginal, supuestamente para facilitar a los narco traficantes. ¿Por qué este periodista revienta estos cohetecillos a la hora undécima?, y lo inverosímil es que, a escasas horas para el veredicto electoral, hoy entre zangamanga y sospechosas intenciones moralizadoras, se preste lirondamente a encender las fogatas de este festín nauseabundo, que a todas luces es una sanguaza que atenta la honestidad de quien lidera la opción política de los necesarios cambios, de esta patria que tanto nos duele.
En defensa de los Derechos Humanos y la Democracia
Tanto el hombre como la mujer, por el simple hecho de ser seres humanos, son sujetos de derechos sin distinción de raza, sexo, edad, religión, credo político, nacionalidad, condición económica, cultural y social, en todo lugar y en todo momento. En ese sentido los derechos humanos orientan el orden jurídico y requieren condiciones de respeto y protección en toda sociedad.
En un país como el Perú con profundas contradicciones sociales, con abismales diferencias en la distribución del ingreso, con una economía desarticulada y signada por la exclusión y la pobreza, ¿Cómo seguir callados e indiferentes ante tanta injusticia? con marcadas desigualdades, con nacionalidades, culturas y lenguas fuertemente arraigadas e históricamente marginadas, y sin proyecto sostenido. ¿Es posible hablar sobre la libertad, la justicia, igualdad y fundamentalmente el respeto a la vida, tal como son jerarquizados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos?.
¿Cómo hablar de paz, del derecho a la educación, salud y la vivienda, cuando la extrema pobreza de una elevada cifra de la población nacional, aún siguen estirando las manos con exigencias de reparación y justicia social lacerando a diario la conciencia y la memoria del país, próximo a cumplir el bicentenario de su Independencia Nacional del dominio español, donde los sueños y anhelos del pueblo siguen encapsulados en leyes y gestiones ajenas a sus demandas históricas?.
¿Cómo hablar de apoyo y participación del pueblo, cuando la corrupción y la impunidad, siguen cabalgando abrazadas. Cómo hablar de nuevos tiempos y esperanzas, cuando la mayoría de los damnificados por el devastador terremoto que asoló ICA hace más de tres años, siguen durmiendo en carpas de esteras y cartones, en tanto los gobernantes siguen repicando cada vez más las campanas de la privatización, ofertando el oro y el moro, sin entender que el pueblo confronta una dramática situación?.
En esta frontera de exigencias y obligadas reflexiones ad portas a las elecciones, en el fiel de la balanza de propuestas de los candidatos, frente a la promesa y vieja práctica del asistencialismo y los funestos antecedentes de la mafia fujimorista corrupta y criminal que encarna Kaiko Fujimori, me solidarizo plenamente a las intenciones de justicia social y el manejo político y económico del candidato Ollanta Humala, al servicio de las mayorías nacionales, y como tal, votaré por él.
En este contexto, los periodistas acostumbrados a compartir los sahumerios palaciegos y las prebendas, es hora de que pongan las barbas en remojo y defender la verdad con objetividad y patriotismo, en este orden ningún medio debe convertirse en caja de resonancia de intereses oscuros, ni abdicar de su sentido fiscalizador y crítico, y tampoco olvidar que la prensa tiene el deber de escuchar y coadyuvar con imparcialidad las demandas plurales de la sociedad civil.
Y recordar que todo derecho genera un deber de responsabilidad en el ejercicio de ese derecho, esa responsabilidad recae, no solo en los dueños y el director de la publicación, sino en todos los periodistas que deben participar con pleno respeto a la verdad y los valores humanos y morales. Como alguna vez señalara el premio nóbel español Camilo José Cela, “Siempre debemos recordar que el periodismo y ese derecho del pueblo a la expresión y la opinión, no es el eje de nada sino el eco de todo, al real servicio de las aspiraciones superiores de un pueblo”, en la búsqueda de la verdad, la libertad y la defensa de la dignidad del ser humano, en la construcción de un país más equitativo y solidario con los marginados, en paz y democracia, tal como fueron proclamadas como derechos inalienables hace 62 años en la Declaración Universal de los DDHH, en la histórica Asamblea de la ONU el 10 de Diciembre de 1948 e incorporada en años sucesivos a la legislación interna de los países signatarios, entre ellos el Perú.
(*) amaravizar@hotmail.com