Editor: Antenor Maraví
Confidencias en Alta Voz: octubre 2013

martes, 22 de octubre de 2013

¿Por qué cantamos?


 Por: Antenor Maravi Izarra


   
 


Nota de Redacción: Hace 11 años y 5 meses atrás, a propósito de las elecciones de las nuevas autoridades de la Región Ica,parafraseando el bello poema de Mario Benedetti: ¿Por qué cantamos?, escribí este artículo en el Periódico regional LA VOZ DE ICA, cargado de sueños y rogativas por el cambio de Ica, ¿Se cumplieron estos cambios?, el pueblo sabe que no. En todo caso, esta segunda publicación cyber espacial, sirva como un homenaje reiterativo a este inolvidable y distinguido poeta, y escritor latinoamericano. ¡Te queremos Mario!porque tus letras sembradas con amor, seguirán siendo caricias, nuestros acordes cotidianos, porque tu voz y tu pluma siempre estarán con nosotros, codo a codo, mucho más que dos...

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En una tertulia de poetas, uno de los presentes le preguntó a Mario Benedetti, ¿Por qué cantamos?, ¿Si cada hora viene con desilusiones, si el tiempo es una cueva de promesas y ladrones, la vida es más que un blanco móvil, si el pueblo se muere de tristeza y el corazón del hombre se hace añicos en cada instante antes de que explote la vergüenza..?.Benedetti, respondió: “Cantamos porque los sobrevivientes y nuestros muertos quieren que cantemos. Cantamos porque el grito no es bastante y no es bastante el llanto ni la bronca, cantamos porque creemos en la voz del pueblo, y porque un día venceremos toda esta pesadilla, donde las autoridades empiecen a entender que su responsabilidad mayor es estar al lado del pueblo y servir sus nobles ideales; y cantamos porque somos militantes de la vida y porque no podemos ni queremos dejar que la canción se haga cenizas”.
Parafraseando al insigne poeta uruguayo, en estas líneas permítaseme sembrar los surcos de la canción de la esperanza y los sueños renovados para el pueblo iqueño, porque a partir del primer día hábil del próximo año, empiecen de veras a abrirse nuevos asideros y voluntades que posibiliten romper esa toldera de marasmo e indolencia cívica, en el que muy a pesar nuestro, poco a poco nos hemos acostumbrado a compartir una realidad caótica y a veces vergonzante.
Ya tenemos nuevas autoridades, un tercio de la población electoral apostó por un gobierno aprista, tanto para la gestión municipal como para la administración del nuevo gobierno regional. Dios quiera que el pueblo no se haya equivocado una vez más, pues estas elecciones representan esa canción de la esperanza renovada, con la necesaria búsqueda de nuevas alternativas y posibilidades de real cambio, de participación del pueblo en los asuntos que a todos nos compete. Por encima de los resultados y las propuestas electorales, que ciertamente fueron escasos y en algunos casos tremendistas, confiamos que las nuevas autoridades a diferencia de los viejos tiempos del sectarismo, empiecen a sumar esfuerzos y voluntades sin distingo de ninguna índole, solamente así será posible salir de esa toldera asfixiante.
Reza un viejo proverbio:”Todo pueblo tiene la autoridad que se merece”, y en esta oportunidad esperamos no habernos equivocado, al contrario como en la vieja canción del ángelus, sea realmente el anunciar de una nueva etapa, que nuestros corazones y mentes sirvan para honrar al pueblo que a unos los vio nacer y a otros nos cobija con tanta generosidad. No es hora de lamentos ni de desencuentros, es hora de sumar, las reservas morales del pueblo iqueño así lo demandan.
Más allá de las diferencias políticas, el pueblo exige nuevos roles, que la cultura de permanente confrontación ceda al paso a una nueva cultura política de cooperación. Es ineludible y muy necesario que los viejos y honrosos conceptos de la moral, la ética y la transparencia sean los rasgos distintivos de quienes próximamente asumirán la histórica responsabilidad de no defraudar nunca más la voluntad del pueblo que los eligió.