Editor: Antenor Maraví
Confidencias en Alta Voz: Sin Triunfalismos y Medias Verdades

jueves, 16 de febrero de 2012

Sin Triunfalismos y Medias Verdades

Antenor Maraví Izarra (*)



Tras la caída del narcoterrorista Florentino Eleuterio Flores, denominado como “camarada Artemio”, y la consiguiente erupción mediática del festival de comentarios de toda índole, igual que el regodeo de la prensa nacional, que entre otros, exige hacer conocer a los estudiantes, los dolorosos años de violencia que vivió el país, con cuyos planteamientos estamos de acuerdo, siempre y cuando sean debidamente dosificadas.
Empero, en esa necesaria apertura de contenidos temáticos-educativos, creemos que debe efectuarse con objetividad y un real análisis de lo acontecido. Es necesario y al mismo tiempo, debe abrir las páginas de la verdad, señalándose didácticamente, entre otras, las causas que motivaron esta violencia que dejó un dramático saldo, alrededor de 70 mil peruanos y peruanas muertos o desaparecidos, tal como se señalan en el Informe de la Comisión  de la Verdad y Reconciliación.
Las principales causas que motivaron esta cruenta guerra interna, deben ser señaladas sin tapujos ni medias tintas. El Perú siempre ha sido un país con profundas contradicciones sociales, con abismales diferencias en la distribución del ingreso económico, con una marcada desigualdad en el desarrollo de los pueblos, con nacionalidades, culturas y lenguas fuertemente arraigadas e históricamente opuestas, en muchos casos, sin proyecto nacional, donde la pobreza y extrema pobreza abrazadas a la discriminación inmemorial, siempre cargaron el rostro más doliente de la exclusión.
En esta realidad, ¿Cómo advertir y señalar las dolorosas huellas dejadas por la violencia vivida, cuando la pobreza de un elevado sector de la población nacional, hiere a diario nuestra conciencia nacional, cómo hablar de paz y reconciliación, cuando la corrupción y la impunidad, siguen asfixiando al país?.
No debemos olvidar que el principal componente de la paz y la sana convivencia de los pueblos es la justicia, es la prevalencia de respeto mutuo entre gobernantes y gobernados. Hace miles de años, el profeta Isaías escribió “la paz es el fruto de la justicia”.Cuando se falta a la justicia, se rompe el equilibrio de motivaciones que construye la paz, en esta realidad, la extrema pobreza deviene en violencia estructural por atentar al derecho elemental de la vida que tienen todos los seres humanos.
Para mantener la paz, es necesario que todos seamos justos y trabajemos para que la justicia sea una realidad perenne. Es necesario que siempre y en todo lugar, los derechos y también los deberes de todos sean una realidad en toda persona humana, sin distinción de raza. credo, posesión social, cultura, etc.
En la memoria de nuestros mártires, de nuestros héroes anónimos, civiles y militares, de los miles de muertos y desaparecidos en esa guerra sucia, entre la barbarie y la civilización que asoma  ante los umbrales de nuevos tiempos, preparémonos a no callar jamás. Si realmente queremos la paz, tenemos que decir la verdad tal como es, solamente así estaremos construyendo las murallas de ese grito, ¡Por un nunca más!.
Nunca más a las guerras sucias, nunca más a los genocidios, ningún crimen debe quedar impune. Hay innumerables fosas comunes que reclaman justicia y verdad. Los triunfalismos y las medias verdades, son las fumarolas de quienes no quieren la real justicia y convivencia del Perú en un Estado de derecho y democracia.

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