Editor: Antenor Maraví
Confidencias en Alta Voz: Doblan las campanas, hasta siempre Javier…

martes, 7 de mayo de 2013

Doblan las campanas, hasta siempre Javier…


Por: Antenor Maraví Izarra (*)

En la mayoría de los pueblos del interior del país, más conocidos como tierra adentro, la muerte de los seres humanos son anunciados con el tañido de las campanas; pero esos tañidos adquieren sonidos más tristes cuando anuncian el adiós de uno de sus líderes más queridos, tal el caso de Javier Diez Canseco Cisneros, militante y abanderado indiscutible de la izquierda peruana, en cuyas filas siempre bregó sin dobleces ni componendas al real servicio de las causas más nobles en defensa de las grandes mayorías, tantas veces cuasi deliberadamente postergadas y traicionadas por los gobernantes de turno.
A diferencia de quienes no supieron entender ni valorar la dimensión de sus sueños, y a despecho de quienes lo maltrataron y vilipendiaron sus irrenunciables exigencias de justicia social, de cada uno de los pueblos de tierra adentro que tanto amó, y recorrió palmo a palmo, ha empezado a cabalgar abrazado de la suave brisa andina, y los pueblos urbano marginales de la costa y la selva, en cuyos linderos aupados a los acordes musicales de charangos, viguelas y pinkullos, su vuelo hacia las estrellas, - donde moran las almas buenas – siempre estará presente en la gratitud de quienes nunca olvidaremos su generoso apoyo, llenos de sencillez y grandeza.
En el caso específico de Ica, quienes tuvimos la oportunidad y la responsabilidad de dirigir la Revista CODEHICA, vocero de la Comisión de Derechos Humanos, siempre atesoraremos la sencillez y la gran aquiescencia de apoyo inmediato con diversos artículos que le hemos solicitado. Igualmente siempre serán inolvidables sus magistrales exposiciones  de análisis de la realidad nacional en los foros  y eventos culturales promovidos.
Javier Diez Canseco, que duda cabe, fue uno de los adalides de esa lucha sin cuartel contra esa vieja lacra que es la corrupción, exigió en todo momento moral y ética en los gobernantes, como contraparte la ultra derecha y  sus monigotes, llenos de un daltonismo redivivos y convertidos en secuaces de Torquemada, tantas veces atentaron contra su vida y su ejemplar trayectoria, pero él siempre estuvo en primera fila  en defensa de los derechos humanos y las nobles demandas del pueblo peruano.
De ahí que, cada vez que deja de existir un hombre de principios sólidos  como Javier, debe causarnos un gran dolor, pues estos hombres son muy escasos, son raros, algunos lo califican casi de manera peyorativa como seres  tercos, apasionados en defender su convicción, lo contrario de estos grandes hombres, son los politicastros, los demagogos y los falsos líderes que nos engatusan con sus retóricas estériles, y otros inclusive ni siquiera saben de oratoria pero poseen los artilugios para convencer, por citar algunos casos y con honrosas excepciones, ahí tenemos como ejemplo a nuestros mal llamados   padres de la Patria.

¡ Gloria y honor en su descanzo eterno!

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