Editor: Antenor Maraví
Confidencias en Alta Voz: ¡La justicia tarda, pero llega¡

viernes, 18 de julio de 2008

¡La justicia tarda, pero llega¡

Las víctimas de la Cantuta, al fin descanzarán en paz


Antenor Maraví Izarra (*)
Después de 16 años, de la incursión del grupo Colina, bajo el tenebroso mando del mayor (EP) Santiago Martin Rivas, en la Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle (La Cantuta), donde secuestraron y asesinaron a sangre fría a 9 estudiantes y un profesor, hoy día los familiares de las víctimas por fin podrán velar los restos añorados de sus hijos y hermanos inmolados en esta barbarie.
Actualmente los responsables de este crimen, incluido los que dictaban las órdenes, entre ellos el ex dictador A. Fujimori, que llegó a promulgar una espuria ley de amnistía para asegurarles la impunidad, sin embargo este tinglado se desmoronó, y hoy se encuentran procesados ante la justicia, y algunos ya han sido sentenciados.
Tras este crimen que dio la vuelta al mundo, los familiares de las víctimas nunca dejaron de exigir sanción para los responsables. Una de las personas emblemáticas de esta incesante lucha, cual ejemplo de coraje civil, de rebeldía irreductible contra la resignación fue y seguirá siendo GISELLA ORTIZ PEREA, que a lo largo de estos años, supo mantenerse firme y constante para que llegara la justicia.
A renglón seguido, como un merecido homenaje a su lucha, insertamos la entrevista que se le hizo en la Revista CODEHICA, vocero de la Comisión de Derechos Humanos de Ica, en la edición Nº 105, correspondiente al mes de Octubre del 2007.
A los cuantos años empezaste en esta cruzada de lucha civil, en la búsqueda de justicia, en defensa de las víctimas de La Cantuta?.
Antes de responder, gracias a Codehica por permitirme este diálogo. Empecé a los 20 años, cuando aún era estudiante de la Universidad Enrique Guzmán y Valle, en momentos en que mi hermano es secuestrado y desaparecido el 18 de Julio de 1992, desde entonces ya llevamos 15 años en esta lucha permanente, siempre con la esperanza de que estamos más cerca de la justicia.
Durante estos 15 años, pensaste en algún momento que se llegaría a juzgar a Fujimori?
Siempre hemos mantenido la esperanza de que tenía que encontrarse la justicia, por las circunstancias que hemos vivido parecían difíciles que pudiera darse en nuestro país, pero para que se dieran estos tiempos de ver a Fujimori entre las rejas, ha habido varios factores, entre ellas la solidaridad de muchísima gente que sin ser familiares de las víctimas, se sumaron a esta lucha, pero también nos alimentó nuestra fe de católicos, que hay una justicia divina que nos fortalece y nos da esa esperanza de que recibirá el castigo por haber cometido este crimen de lesa humanidad. Por otro lado, también ha sido la fuerza del cariño que tenemos a nuestros familiares que de alguna manera nos fortalece y motiva para insistir en esta lucha.
Que significa para tí La Cantuta, tanto como ex alumna y al mismo tiempo ser hermana de Luis Ortiz Perea, una de las víctimas de este horrendo crimen?.
La Cantuta para mí es una institución que despierta sentimientos encontrados, por un lado el orgullo de ser egresada de la Universidad. En mi familia hay una formación tradicional e histórica. Mi papá es cantuteño, y como tal nosotros siempre hemos sentido apego a la Universidad; por otro lado, significa un triste recuerdo, por todo lo vivido en estos últimos años, no como responsabilidad de la Universidad, de cuya institución hemos recibido siempre la solidaridad de las autoridades, de los maestros y todos los alumnos en esta lucha por encontrar la justicia; pero de parte de las autoridades gubernamentales, solamente hemos escuchado estigmatizaciones e intenciones perniciosas, señalándolo como un centro de formación de terroristas, por ser una Universidad contestataria, en ese sentido, es esa fuerza moral que tiene la Universidad, la que le permite hasta ahora no ser avasallada por dichos gobernantes.
En el país hay una serie de hechos subyacentes, tales como la corrupción, las peticiones de amnistía y hasta la velada amenaza de los familiares y seguidores de Fujimori, que opinas al respecto?
Lamentablemente en nuestro país, siempre se ha pensado que estos delitos cometidos por el Estado, aplaudidas por la derecha reaccionaria y por quienes no comparten con el respeto a los derechos humanos, siempre se ha dicho que estos crímenes deben perdonarse en nombre de la viabilidad de la democracia y la gobernabilidad; y justamente esas faltas de sanción han hecho que estos crímenes y faltas se conviertan en el país como un círculo vicioso de gente que carga airosa esa impunidad aplaudida por esa derecha cavernaria.
Nosotros como familiares de las víctimas, sí creemos y estamos convencidos de la necesidad de un esclarecimiento justo y eficiente de parte de los magistrados, por el fortalecimiento de esa memoria y exigencia colectiva, ¡por un nunca más!, nosotros apostamos por la reconciliación nacional, pero previamente tiene que esclarecerse igualmente las responsabilidades de los gobiernos de Belaúnde y Alan García, porque hay crímenes que aún no han sido resueltos, en los que hay familiares que siguen exigiendo justicia. Tan impunemente no podemos vivir a espaldas de esta realidad, tiene que haber respuesta a los gritos y sufrimientos diarios de muchos peruanos.
A propósito, en el histórico documento presentado por la CVR ante el pueblo peruano, se precisó un listado de recomendaciones para la reparación, crees que se están cumpliendo?
Lamentablemente ninguna, ha habido una notoria carencia de voluntad política, por un lado, y también mucha deshumanización de sectores empresariales, conservadores e inclusive el silencio cómplice de varios partidos políticos, ha evidenciado la prevalencia de ese tejido social excluyente y chauvinista que aun sigue imperando en el país. Con todo descaro hay gente que pregona que las únicas víctimas que tienen derecho a las reparaciones son los policías y los miembros de las Fuerzas Armadas, porque estuvieron al frente de esta batalla, pero se olvidan que en este país también hay víctimas civiles que no tenemos nada que ver con la violencia habida en el Perú. Esa gente ignora que hay muchas familias que vienen confrontando cuadros dramáticos de abandono, falta de atención médica, hay miles de huérfanos, hijos y hermanos menores de las víctimas que necesitan educación.
Hay por lo tanto, el deber del Estado de atenderlos, y eso no sólo se manifiesta con dinero y promesas, sino con una voluntad de reconciliación y atender a todos, y para eso tienen que darse gestos reales de buena voluntad, las palabras bonitas no cambian el rostro de esa pobreza extrema en que viven. Ese pueblo castigado por la violencia, con todo derecho hoy exige justicia y solidaridad humana pata todos.
Que sentiste frente al atentado perpetrado contra el monumento denominado “el ojo que llora”?
Es una muestra indignante que en nuestro país, se sigue maltratando a diario a las víctimas de la violencia, quedándose todo en la impunidad y alimentado con la complicidad de algunos medios de comunicación, y eso es parte de la barbarie de esa derecha que tanto nos odia.
El atentado contra “el ojo que llora”, es un atentado terrorista de gente fanática que no entiende nada del respeto al que tenemos derecho todos los peruanos, esa gente no sabe de pluralismo democrático, en suma no sabe de valores, y lo que se intenta con estos actos de barbarie es arrebatarnos el poco espacio que tenemos, a ese derecho a la memoria colectiva. Esperamos que haya mano dura contra estos terroristas, y no crean que nos hemos olvidado por las distracciones coyunturales y algunas cortinas de humo a las que nos tienen acostumbrados.
(*)www.codehica.org.pe

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