Editor: Antenor Maraví
Confidencias en Alta Voz: Carta abierta al General Donayre

miércoles, 4 de junio de 2008

Carta abierta al General Donayre


Estimado General Donayre:

He leído atentamente sus declaraciones brindadas a la agencia Efe, en relación a la brutalidad con la que fueron asesinados más de cien paisanos suyos, y hermanos míos, en la comunidad ayacuchana de Putis, en diciembre de 1984.

Ha dicho usted, seguramente con la firmeza que le caracteriza: "Nada vamos a ocultar. Nosotros aceptamos que ha habido excesos y si ha habido excesos que se castiguen, pero que no se generalice", afirmación que saludo aunque con las reservas que enseguida expresaré.

En principio, señor general, creo que más que excesos la palabra apropiada para definir lo que sucedió en Putis es barbarie. Cómo llamar sino a la traición cobarde, el robo, la tortura, matar a criaturas que aún son amamantadas, asesinar indefensos hasta cansarse, violar a niñas de la edad de mis hijas o de sus nietas, ¿cómo llamarle a eso, todo junto, general?.

En segundo lugar, general Donayre, estamos de acuerdo en que tales hechos se castiguen, pero para hacerlo deben investigarse y para determinarse las responsabilidades se requiere colaboración. ¿De quién?, de ustedes señor general. Usted es el Comandante general del Ejército Peruano y puede ordenar que se coopere con el Ministerio Público, para identificar al entonces llamado teniente Lalo, quien era jefe de la patrulla que estaba en Putis, así como a los militares conocidos con los seudónimos de oficial Bareta, comandante Oscar, y capitán Cuervo, todos ellos presuntamente comprometidos con esa atrocidad.

No puede ser que su institución siga diciendo que no cuentan con ninguna relación del personal que operó en dicha base militar. Eso sí que es un exceso, general. Se puede identificar los nombres de nuestros soldados en la guerra del Pacífico pero no el de aquellos que se movilizaron en Ayacucho casi cien años después. ¿Les quemaron sus archivos?, ¿les robaron sus documentos?, ¿regalaron o vendieron el papel a los recicladores?. De qué estamos hablando. ¿De un accidente?, ¿de problemas de diligencia o eficiencia?. Francamente, parece encubrimiento, general.

En tercer lugar, usted ha pedido que no se generalice y estamos de acuerdo. Yo no creo que nuestros institutos armados hayan estado infestado de criminales, y estoy casi seguro que fueron pocos los que deshonraron la tradición de Grau, Bolognesi, y Cáceres. Por ellos, y en homenaje a los más de un millar de valerosos soldados que perdieron la vida o quedaron discapacitados en cumplimiento de su deber, durante el conflicto armado interno, no permita que asesinos que vistieron indignamente el mismo uniforme se sigan saliendo con la suya.

Finalmente, general Donayre, usted ha invocado principios de equidad y justicia, y estoy de acuerdo en que tales deberían ser asumidos por civiles y militares. Pero en Putis un grupo de militares se olvidaron de esos valores y pese a haber ofrecido protección a nuestros paisanos los ultimaron de la peor manera. Podemos confiar en que habrá sanción si cada uno hace lo que le corresponde, pero mientras tanto hace falta pedir perdón. Hágalo general Donayre, hágalo por nuestros hermanos ayacuchanos, pero también por su institución.

Atentamente,
Germán Vargas Farías

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