Editor: Antenor Maraví
Confidencias en Alta Voz: Cuando las palabras, se anudan en el silencio: ¡ Ascanio Ramos Sotelo… Presente!

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Cuando las palabras, se anudan en el silencio: ¡ Ascanio Ramos Sotelo… Presente!


Antenor Maraví Izarra (*)



Coincidente al sensible deceso del reconocido médico psiquiatra, doctor Ascanio Ramos Sotelo, acaecido en el Hospital Edgardo Rebagliati de Lima, exactamente hace una semana recibí vía internet, un bello y aleccionador mensaje de reflexión, sobre el silencio de las palabras, - esas mismas palabras que son rutinarias en el ejercicio de la comunicación – de pronto, ante la inesperada noticia del fallecimiento del viejo y apreciado amigo, empezaron a repicar en mi mente, tañidos de dolor, y a la vez, como una especie de hilo grueso, se atragantaron en mi garganta, anudándose en el estómago, sin permitirme hilvanar palabra alguna.
Y es que, el entrañable amigo, Ascanio Ramos Sotelo, que hoy debe  estar gozando de la paz eterna y las luces refulgentes donde moran las almas buenas, en vida, a lo largo de estos últimos siete lustros que radico en Ica, fue uno de mis mejores amigos, con quien, pese a nuestras diferencias ideológicas, compartí incontables e inolvidables tertulias, todas llenas de alegrías y anécdotas, y otras tantas de debates sin sabores, enfrascados en nuestros sueños utópicos, por una patria más justa y solidaria.
Tantas veces hemos encendido nuestras noches de insomnio con poemas tristes como el de Manuel Scorza: Oyeme, Patria:/ Yo como tú estoy hecho con el metal del humillado./ En las sierras se muerden la nieve/ hombres amargos como yo;/en las aldeas tropiezan con su pecho/ hombres heridos como yo;/ en pueblos pálidos se buscan entre las cáscaras/desgraciados como yo.
Un antiguo proverbio popular, señala: El verdadero amigo, por encima de las antípodas de las pasiones políticas partidarias, que en más de las veces suelen separar a las personas, hasta convertirlos en sectarios y enemigos, no es aquel que te seca las lágrimas cuando lloras, sino el que hace todo lo posible para que no derrames ninguna.
Los días que conocí a Ascanio, además del cabal ejercicio de sus funciones en la Jefatura de la hoy Sanidad de la PNP, la docencia en la Universidad San Luis Gonzaga, y su acendrada dedicación en el campo de la psiquiatría, en el hoy denominado Es Salud, fue uno de los pocos apristas con quien alterné, sin los clásicos remilgos del torpe sectarismo que aún subyace en todas las tiendas políticas, pues siempre supo poner en alto sus dotes de maestro y fundamentalmente por sus inocultables  manifestaciones de  pleno respeto a la escala de valores humanos y morales, tan escasos en el país, siempre alimentaron vigentes nuestra larga amistad.
Los restos mortales de este excepcional médico, en pleno cumplimiento a su decisión tomada en vida, sus exequias se efectuaron el domingo 18 del presente mes en su tierra natal Huarmey. En cuyos aposentos telúricos, han empezado a germinar nuevamente sus pasos iniciales, seguramente hasta convertirse en el núcleo fértil de la tierra madre, del que emergió hace 82 años. Así como las olas del mar, que regresan al mar, hoy reposan sus restos mortales en su bien amado pueblo.
En Eclesiastés 3:12, se precisa que todo tiene su tiempo, y todo tiene su hora. Tiempo de nacer. Tiempo de morir y tiempo de honrar. Ya vendrán tiempos, para escribir con más amplitud, sobre la vida y obras de este excepcional maestro y dilecto amigo, cuya presencia para sus amigos siempre ha sido y será como la sangre que ha sabido acudir a la herida, sin esperar que la llamen. Descansa, pues, en paz inolvidable amigo.
 
(*) www.lavozdeica.com

1 comentario:

SALVATIERRA dijo...

Dios te tenga en su Gloria Dr. Ascanio Ramos".. Siempre presente amigo.