Editor: Antenor Maraví
Confidencias en Alta Voz: Es hora de moralizar: ¿Hasta cuando seguiremos remando esta cruz?

jueves, 22 de mayo de 2008

Es hora de moralizar: ¿Hasta cuando seguiremos remando esta cruz?

Desde Ica:


Escribe: Antenor Maraví Izarra (*)

Qué está sucediendo con los gastos y la distribución de los donativos destinados al socorro y ayuda humanitaria de los damnificados del terremoto que tan dramáticamente nos afectó?. Lo cierto es que, desde los primeros instantes de sucedido este hecho doloroso, se registró un conmovedor apoyo humanitario, tanto nacional como internacional en solidaridad a las víctimas, una respuesta convertida en una lluvia de amor incesante que no solo ha sido rápida, sino que a las pocas horas empezó a llegar de diferentes latitudes, instituciones y personas de toda condición; sin embargo, estos inmensos brazos de amor, al mismo tiempo tropezaron con la lentitud de una maquinaria humana, de un Estado desorganizado e ineficiente en sus diferentes instancias, que por añadidura nada tenía previsto para enfrentar una situación de emergencia de tanta magnitud.
Empero, dentro de este caos inicial, lo que ha sido y seguirá siendo imperdonable, es la presencia de esa viejísima corrupción que inmemorialmente ha hecho tanto daño al país, que con mucha razón, Angel Paéz del diario Las República, los calificó de “buitres”, pues aquí o allá, a esa gente nunca les importó el dolor de otros; la solidaridad humana para ellos es atragantarse en oscuras ambiciones y granjería de toda laya, tal el caso ocurrido en el Sistema Integral de Salud (SIS), protagonizado por un conspicuo militante aprista, Julio Espinoza, quién de los 14 millones de soles que solicitó al ministerio de Economía y Finanzas para la adquisición de raciones de alimentos destinados a los damnificados de Pisco, al día siguiente de ocurrido el sismo, sin importarle un ápice el dolor reinante, empezó a festinar su gran negociado, y en menos de lo que canta un gallo se embolsicó 2 millones y 228 mil nuevos soles como producto de la sobrevaluación de la irregular adquisición de 219 mil 882 raciones que fueron transportados en barco desde el Callao a Pisco entre los días 18 de Agosto y 11 de Setiembre, de cuya cantidad, recepción y distribución tampoco hay hasta la fecha evidencias sustentatorias, y esto de veras, además de nauseas provoca bronca y cólera.
Por Dios, que lastre tan ruin se ha parapetado en los andamios burocráticos de quines hoy nos gobiernan, ¿O es que acaso estos malhechores de cuello y corbata, no saben que la gran mayoría de los muertos de Pisco fueron enterrados en fosas comunes, y un número elevado de sus deudos siguen confrontando horas de dolor y angustia?
En el caso del Gobierno Regional de Ica, igualmente es preocupante, la denuncia hecha hace varios meses por el Consejero Regional Felipe Chacaliaza Magallanes, sobre la supuesta irregular adquisición de frazadas de la Ferretería Comercial SAC de un lote de 25 mil unidades a 18.50 nuevos soles cada uno; y el segundo lote de compras de la Empresa de Transportes Daniel Vizcarra SRLTA, 4 mil unidades a 22 nuevos soles cada uno, haciendo un total de 29 mil frazadas.
Según informaciones del propio denunciante, el precio real unitario que habría cotizado fluctúa entre 14 y 15.50 nuevos soles, respectivamente, y lo irritante de esta denuncia, se eligió entonces a tres consejeros oficialistas (PRI) para la investigación, y al parecer hasta la fecha nadie ha sido sancionado, un olor a cebo emana en estos ambientes, igual que en el bastión de algunos apristas.
En estos latrocinios y supuestas irregularidades administrativas, es igualmente extraño y lato, el silencio que empieza a reinar sobre el hallazgo en una granja de Chincha, de gran cantidad de carpas, colchones, sábanas y otros enseres donados por las Naciones Unidas, enterrados en 89 baldones, que exigen ser sancionados por las autoridades pertinentes, en los que además de las autoridades judiciales es de esperar que el iqueño Genaro Matute, actual Procurador de la República, asuma con carácter de celeridad estas tareas de esclarecimiento a efectos de sancionar ejemplarizadoramente a quienes hayan incurrido en estos condenables actos, que ciertamente son muchos.
Los días difíciles que siguen confrontando los damnificados, y por la salud del propio pueblo, es hora de moralizar. Es tiempo de demostrar y exigir esa solidaridad transparente, honesta y fundamentalmente moralizadora.


(*) www.antenormaravi.com

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