Editor: Antenor Maraví
Confidencias en Alta Voz: El escándalo

martes, 7 de octubre de 2008

El escándalo


Por momentos, los estupefactos televidentes nos creíamos en pleno retorno a las aparatosas semanas que siguieron al derrumbe de la dictadura fujimontesinista, cuando no pasaba día sin que un nuevo "vladivideo" sacudiera al país, revelando la entraña corrupta del régimen de los socios de las corbatas gemelas y sus allegados, que habían saqueado las arcas fiscales en proporciones nunca vistas.
Pero no, esta vez se trataba de dos personajes vinculados al gobierno, uno de ellos miembro del directorio de Perupetro y el otro viejo conocido del primer alanismo, cuando como parlamentario y ministro protagonizó escándalos y operaciones poco prolijas que estuvieron a punto de costarle la cárcel, pero que –ya se ve– no le sirvieron de escarmiento.
¿De qué trataban los audios entregados en forma anónima al periodista y ex ministro Fernando Rospigliosi y propalados en el programa Cuarto Poder? De conversaciones grabadas entre el abogado Alberto Químper y el ex parlamentario y miembro del PAP Rómulo León Alegría, quienes –con ayuda de un tercer operador, el también abogado Ernesto Arias Schreiber– se habían coludido para lograr que la empresa noruega Discover Petroleum obtuviera de Petroperú la exploración de cinco lotes en la selva.
La operación de estos lobystas fue exitosa –"un faenón", según uno de ellos–, por lo cual también conversan de la forma cómo repartirán las coimas ofrecidas por la empresa benefiaciada una vez que tuviera el contrato firmado. Tal cual. El escándalo ha sido de tales proporciones que al titular de Energía y Minas, Juan Valdivia, responsable político de lo que ocurra en su sector, no le quedó otra opción que renunciar al cargo por una cuestión de dignidad.
La reacción del Ejecutivo también ha sido fulminante. No solo el presidente García y el premier Del Castillo condenaron el hecho en intervenciones públicas, sino que pidieron la detención de sus autores, algo que se ha producido ayer. También se ha cancelado cualquier contrato con la Discover Petroleum y se ha aceptado la renuncia del máximo responsable de Petroperú, César Gutiérrez.
Son todos buenos reflejos pero, nos tememos, el mal está hecho. Pues este escándalo salpica inevitablemente al gobierno en su conjunto y hace recordar el cierre de la Oficina Anticorrupción y lo poco que se ha avanzado –aparte de los discursos oficiales– por combatir este mal. Pues si bien nadie duda del espíritu de servicio de muchos funcionarios honestos, la facilidad con la que estos pícaros lograron su negociado instala un clima de recelo y sospecha.

Fuente : La Republica

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